Pedro Peñaloza
“Hay causas por las que vale la pena morir,
pero ninguna por la que valga la pena matar”.
Albert Camus
La presidenta Sheinbaum uso la palabra “terrible” para calificar el hallazgo de un narcocampamento con crematorios y restos humanos en el rancho Izaguirre, en Teuchitlán, lugar donde el Cártel Jalisco Nueva Generación habría captados a cientos de jóvenes que fueron reclutados con ofertas de empleo falsas.
Llama la atención que a la mujer más informada del país le parezca únicamente “terrible” lo sucedido, sin más análisis, máxime que cotidianamente presume la eficacia de su política de seguridad y del equipo que la rodea.
¿La inquilina de Palacio no estaba enterada del modus operandi del poderoso grupo delictivo responsable de esa masacre? Si la respuesta es negativa, es grave, y si lo sabía y no actuó desde que tomó posesión, estamos en presencia de la reproducción de los añejos pactos de impunidad entre la clase gobernante y la delincuencia organizada.
También pensemos en la posibilidad de que su alabado jefe policiaco y los jerarcas castrenses le ocultaron información o de plano no sabían de estos métodos criminales. En cualquiera de las hipótesis estamos en presencia de otra señal de la incapacidad de las fuerzas de seguridad federales para enfrentar a la estructura de la delincuencia organizada.
Además, éste hecho confirma el dominio territorial de los grupos delictivos, no obstante, la reiterada negativa de la titular del ejecutivo. No es necesaria mucha imaginación para incluir en nuestro análisis la complicidad de los gobiernos municipal y estatal, quienes tuvieron todos los elementos para actuar. Además, tengamos presente que fue gracias al Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco y no a las fuerzas de seguridad regulares, que se destapó está escena dantesca.
Ya desde septiembre pasado la autoridad había hecho una incursión al predio, sin que se preservara la zona. Desde el punto de vista morfoscópico hubo una cadena de errores que complican la identificación de las personas carbonizadas y las piezas que pudieran dar alguna pista. Evidentemente, hay otros narcocampamentos y centros de exterminio en el país. Los circuitos de funcionamiento de la criminalidad requieren de este tipo de centros operativos.
Ahora que la FGR ha sido “convocada” por Sheinbaum para que atraiga la investigación es previsible que el caso no llegue a buen puerto. ¿Algún incauto cree que se citará al expresidente López Obrador para que declare si estaba enterado de la existencia de esta expresión de la delincuencia organizada? Por supuesto, no sucederá lo anterior y quizá seguiremos escuchando a la presidenta decir únicamente lo “terrible” de futuros hallazgos. El México real.
@pedro_penaloz