Guadalajara, Jalisco, a 01 de diciembre de 2023.- El escritor francés, ganador del Premio Formentor de las Letras 2023, se presentó este jueves en la FIL Guadalajara para charlar acerca de su libro El amor el mar.
La vida y la naturaleza son siempre ruidosas y sonoras; el silencio, en cambio, sólo llega con la música y con la literatura. Así describió el escritor francés Pascal Quignard su concepción de tales manifestaciones artísticas, presentes en su obra. Ambas han estado con él desde su infancia y la música, incluso, antes de nacer. Este jueves, el autor galo sostuvo una charla con su coterránea Neige Sinno, escritora y traductora, acerca de su más reciente libro, El amor el mar.
Previo a la charla con los lectores, el autor tuvo un diálogo en donde resumió la génesis de dicho texto. “Escribo en completo silencio. Me sorprende saber que hay muchos que escriben con el radio, yo no soy capaz de hacer eso; para cada novela que escribo distribuyo los capítulos bajo una melodía, en la novela El amor el mar, que habla sobre la separación incomprensible entre un hombre y una mujer, trabajé bajo una obra muy triste de Ernest Chausson, Grave en fa menor”.
Sinno explicó que El amor el mar es, en parte, es ficción y otra parte la conforma lo que el autor llama “el último reino”, donde se conoce la parte más profunda de su obra a través de especulaciones y reflexiones. Ocurre en 1650, en un periodo convulso en una Europa que vive guerras, epidemias y hambrunas. Es una historia con una constelación de músicos, y que entreteje la historia del amor increíble entre dos personas.
Sinno le preguntó Quignard si, después de tantos libros escritos, se siente un virtuoso cuando escribe esas líneas, si cuando escribe vuela o si cada texto es un reto nuevo donde empieza desde cero. Él respondió que es cierto que en algún momento los escritores se sumergen demasiado en el lenguaje que aman, pero también hay escritores que lo detestan. “Yo estoy del lado de los escritores que quieren salir del lenguaje, que quieren alcanzar una comunicación más profunda, más musical, más viva”.
Pese a que es un libro lleno de músicos, la música parece estar ausente en sus páginas, no puede ser escuchada, por lo que lo interrogó sobre si él pudo escuchar esa música o si es un deseo ausente del escritor. “Curiosamente creo que no hay silencio en la música de los libros de literatura (creo que no hay ninguna música en el lenguaje hablado cotidiano). Trabajando frase a frase, los libros que escribimos, volvemos a una experiencia más antigua que el nacimiento en la que se dice que en el segundo mes el feto asocia la creación de la emoción con la audición, una audición de la que no se puede hablar, porque no se ha nacido, y el hecho es que el silencio nos regresa a ese momento en el que la audición y la emoción nos precedían”. Cuando se lee literatura, no importa el nombre, hay un sonido diferente que surge, hay una música diferente que surge, manifestó.
Sinno destacó que la lectura de El amor el mar está llena de historias de amor, sexuales, corporales, donde al final se dejan, se va una persona y el lector nunca sabe por qué, donde se describe la orilla del mar cuando se aleja la marea y deja detrás a la playa llena de objetos que surgen del agua, y entre más se aleja más objetos se ven, y que para ella puede interpretarse como la experiencia de envejecer, por lo que le preguntó si el libro fue escrito pensando en la vejez.
“Es verdad, estoy triste de envejecer, pero maravillado de ver todo lo que surge cuando la marea se retira, y siento, con respecto a todos aquellos que murieron muy pronto, incluido Paul Celan, incluido mi hermano pequeño, cuánto se perdieron de la maravilla que surge de la repetición de las estaciones; porque si todo se va, también todo aumenta en milagro, en belleza. No hablo de la humanidad, hablo de la naturaleza, de los jardines, del mar, del sol”.
Ernesto Kavi, escritor y editor mexicano, se encargó de traducir sus respuestas. Basilio Baltazar, presidente del Premio Formentor, galardón que este año le fue otorgado a Quignard, subrayó que leerlo es “imprescindible, necesario y urgente”.