Desde sus primeros años, Olga sentía una pasión innata por el fútbol, a pesar de que sus padres inicialmente no lo apoyaban. Después de explorar otros deportes y actividades, encontró en el fútbol su verdadera vocación. Observar a sus hermanos entrenar la inspiró a unirse al juego y a dedicarse con una intensidad que asombró a todos.
Con 23 años, Olga, considera que lo esencial es ser una jugadora en la que el equipo puede confiar en momentos cruciales. Su evolución en el torneo, desde suplente hasta anotar un gol crucial en las semifinales, ilustra su compromiso y determinación.
La preparación psicológica ha sido un pilar importante en su camino hacia la final. Olga ha trabajado con una psicóloga deportiva durante meses, construyendo un perfil que les permitió identificar y abordar sus áreas de debilidad. Visualizar escenarios y manejar errores se convirtió en parte de su proceso mental. Superar la dificultad de lidiar con los errores en el juego y mantener la concentración fue uno de los aspectos más desafiantes que ha superado.
Olga reconoce la importancia de una relación sólida con su psicóloga deportiva, que comprende su historia y trabaja en conjunto con ella. A pesar de toda la profesionalidad y preparación, Olga no olvida su amor inicial por el fútbol y lo que más valora son las conexiones con sus compañeras, el sufrimiento compartido y la lucha por un objetivo común.
En la víspera de la final, Olga Carmona emerge como una figura sólida y confiada, lista para enfrentar el partido más importante de su carrera. Su historia de superación y dedicación encarna el espíritu del deporte y la unión que el fútbol puede proporcionar.