Línea Caliente
Por Edgar Hernández*
Fácil, muy fácil, se le hizo a la señora oriunda de Zacatecas acusar “Violencia Política de Género” al candidato opositor Pepe Yunes luego que acudiera a la Fiscalía General de la República a solicitar le investiguen compras millonarias de mansiones y enriquecimiento ilícito.
Fácil se le hace a la señora Nahle iniciar el martes una marcha en Xalapa acompañada de una burocracia obligada en horas de trabajo a sumarse a sus tonterías.
Roció Nahle ha de creer que los veracruzanos somos tontos o que no nos damos cuenta de que solo está dando palos de ahogada.
Que solo busca llamar la atención con distractores no solo ante el fracaso de su desangelada campaña, sino al quedar al descubierto sus raterías.
Sabe que va en picada y ya no sabe que inventar para madrear a su contrincante que, a cada mitin, a cada encuentro ciudadano -sin vallas de por medio- encuentra el respaldo por ser veracruzano, por no ser corrupto y por ser honesto.
Nahle en la contraparte ni es veracruzana, es corrupta y su honestidad está en tela de juicio.
Se escuda en la “Violencia Política de Género” cuando ella es la que ha violentado, cuando se pone al lado de los Colectivos que están que trinan por la usurpación del término y la lucha.
Ya veíamos al Colectivo “Las Brujas del Mar” que en respuesta a la Marcha Nahle asume que “La violencia política en razón de Género obedece a actos intimidatorios que obstaculizan la participación política de una mujer por su condición de ser mujer”.
“Con este concepto aclarado decirle a una persona de que es de Zacatecas o exigirle que rinda cuentas ante acusaciones de corrupción, tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito no es violencia, menos por su condición de mujer”.
Las “Brujas del Mar” van más allá:
Lo que usted pretende “es ofensivo porque quien busca gobernar a las veracruzanas en un estado muy lastimado por la violencia machista, que encabeza los primeros lugares en incidencia de feminicidios a nivel nacional y donde se habla de activar una tercera alerta de violencia de género, una de dos, o está mostrando su total ignorancia en el importante y urgente tema de la violencia contra las mujeres o lo está instrumentalizando para un beneficio personal”.
Y esto ¡Es bajísimo!, rematan las ofendidas.
Así es todos los días el transcurrir de la campaña de Nahle en donde nada le sale, todo lo complica, todo lo confunde y no sabe ni por donde atacar.
La desesperación la hizo presa… ¡Pobre!
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo