· El No. 3 del mundo medirá a Djokovic el domingo
Ya lo había advertido Daniil Medvedev: un partido de su parte con calificación de diez puntos —de diez puntos posibles— no bastaría para vencer a Carlos Alcaraz. Solo serviría uno de once puntos. Y eso es quizá lo que merece luego de mantener un nivel extraordinario durante casi todo el partido de este viernes en el US Open para imponerse con parciales de 7-6(3), 6-1, 3-6, 6-3 y avanzar a su tercera final en cinco años en Flushing Meadows.
«Había dicho que necesitaba que mi tenis fuera de once puntos de diez posibles. Y en realidad mi tenis esta noche, a excepción del tercer set, ha sido de doce puntos de diez posibles. Ha sido un gran partido de mi lado y estoy feliz de estar en la final del domingo», dijo Medvedev en su entrevista en pista. El orgullo por su rendimiento tiene justificación.
Y no era fácil lograrlo ante un jugador que venía de arrasar en cuartos (v. a Zverev) y con 100% de efectividad concretando break points y salvándolos. Además, el español estaba a un triunfo de alcanzar el mejor rendimiento de la historia entre números uno de lo mundo tras 50 primeros partidos de Grand Slam. De haber triunfado este viernes hubiera igualado al registro de John McEnroe (42-8).
Pero en frente se encontró una de las mejores versiones de Medvedev en su carrera. El No. 3 del Pepperstone ATP Ranking, líder de victorias en pistas rápidas en el año (ahora 38), combinó potencia, solidez y serenidad, una mezcla con la que pocos pueden lidiar en el ATP Tour cuando está bien amalgamada. Incluyendo Alcaraz, que no pudo evitar que Medvedev alcanzara su quinta final de Grand Slam.