‘¿ME VAN A DEJAR HABLAR O NO?’

Martha Alicia Martínez Paredes                   

Agencia Reforma

 

Zumpango, Estado de México, México 13 mayo 2024.- En el mitin de Claudia Sheinbaum en este municipio mexiquense aparece un cartel con la leyenda: «Zumpango no va a cargar con un vividor como Roberto», en rechazo al candidato a diputado federal de Morena, Roberto Ángel Domínguez.

 

 Este es uno de los muchos carteles en contra del aspirante a una curul de San Lázaro, pero también hay cartulinas en contra de Esteban Juárez, aspirante a diputado local y de Anahí Salas, abanderada a Alcaldesa de Hueypoxtla.

 

 Algunos carteles en contra de Domínguez lo llaman «holgazán» y otros dicen «Fuera Roberto», con el dibujo de una rata y de un cerdo en las letras O.

 

 «Esteban, eres un acosador y un vividor» y «Esteban eres un vendedor de apoyos sociales», dicen las frases en contra de Juárez.

 

 «Hueypoxtla en contra de la imposición», señalan los carteles de protesta a la candidatura de Anahí Salas a la Alcaldía de ese municipio.

 

 Gritos, protestas y carteles reciben a Sheinbaum, quien llega una hora tarde a la explanada del mercado municipal.

 

 La morenista avanza rápido entre los simpatizantes que buscan saludarla, entregarle una petición, tomarse una selfie o simplemente verla.

 

 La gente camina en las inmediaciones de la explanada, pero nadie se queda en el evento, donde muchas sillas lucen vacías.

 

 Apenas pisa el templete, Sheinbaum se acerca a hablar con Sergio Jesús Muro Figueroa, su operador en el Estado de México.

 

 Poco a poco, las protestas suben de tono y arrecian los gritos.

 

 «Fuera Roberto», «Corrupto» y «Fuera Anahí», se escucha entre los asistentes, mientras los aludidos acompañan a Sheinbaum en el templete.

 

 «¿Me van a dejar hablar o no me van a dejar hablar? ¿Me van a dejar hablar? ¿Sí me van a dejar hablar, o no? Bueno, vamos a platicar con todas y todos», dice la ex Jefa de Gobierno, quien retoma su mensaje.

 

 A diferencia de otros mítines, donde la morenista llama a la unidad en torno al movimiento, aquí ignora e incluso regaña a sus compañeros de partido.

 

 Esto ocasionó que a lo largo de su discurso, que duró apenas 11 minutos, no dejarán de escucharse gritos e incluso mentadas de madre.

 

 «En vez de andar gritando, vamos a organizarnos», lanza Sheinbaum al grupo de inconformes, que ya había conseguido un megáfono para hacerse escuchar, pero la candidata presidencial optaba por voltear para otro lado o levantar la voz para opacar sus gritos.

 

 Los inconformes siguen insistiendo y Sheinbaum persiste en ignorarlos.

 

 El dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, entra al quite y llama a la unidad.

 

 «Para que siga el movimiento, tenemos que seguir muy unidos, recuerden que lo que nos ha movido siempre es el proyecto de país. Que no regrese la corrupción, que no regresen los privilegios», señala.

 

 Delgado advierte que nadie debe anteponer su interés personal al proyecto y que la división es traición.

 

 «Nunca se debe anteponer un interés personal sobre el interés del proyecto. El que quiere puestos, decía Andrés Manuel, que se vaya al mercado. Así que nada de divisiones, porque la división es traición», asegura.

 

 El líder morenista incluso intenta responsabilizar a Movimiento Ciudadano de lo ocurrido, a pesar de que los inconformes eran militantes de Morena

 

 «Lo voy a decir claro y directo, porque sé lo que está pasando aquí: ningún voto a Movimiento Ciudadano, ningún voto a los naranjas», exige.