· Día Mundial. Expertos universitarios desmitifican el tema
· La efectividad de este anticonceptivo es mayor al 99 %, asegura Juan Manuel Franco, de la Facultad de Medicina
Fabiola Méndez
Los espermatozoides se siguen produciendo en los testículos y se reabsorben en el cuerpo; la eyaculación de semen seguirá manteniendo su color, textura y cantidad. De los 20 métodos anticonceptivos reconocidos por la Organización Mundial de la Salud, sólo dos van dirigidos a hombres: los preservativos y la vasectomía, y de ambos, la última es la más segura (con más del 99 % de efectividad), aseguró Juan Manuel Franco Garcés, cirujano urólogo y profesor de la Facultad de Medicina (FM) de la Universidad Nacional.
Dicho método consiste en una intervención quirúrgica ambulatoria en la que se realiza una pequeña incisión en la parte anterior del escroto para luego seccionar y ligar los conductos seminales o deferentes. Los espermatozoides se siguen produciendo en los testículos, pero se reabsorben en el cuerpo, mientras que el semen eyaculado mantiene su color, textura y cantidad.
A decir del académico, este método es mucho más efectivo para prevenir un embarazo que la oclusión tubárica bilateral (OTB o ligadura de trompas), “ya que tiene menor tasa de riesgos al utilizar anestesia local en vez de regional. Además de ser segura, al realizarla no se entra en una cavidad, como el abdomen o la parte interna. La vasectomía es más sencilla y lo mejor es recomendarla”, afirmó.
A pesar de su eficacia, es un método poco utilizado. En México, el 53.4 % de las mexicanas de entre 15 y 49 años usa algún método contraceptivo. De ese universo, el 48.5 % emplea la OTB, el 29.3 % eligió los anticonceptivos no hormonales (preservativo, dispositivo intrauterino, óvulos y espumas), el 15.6 % usó anticonceptivos hormonales (pastillas, inyecciones y parche), el 3.9 % empleó los llamados métodos tradicionales (ritmo y coito interrumpido) y sólo el 2.7 % refirió ser usuaria de vasectomía (según la Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica 2018, del INEGI).
La vasectomía es un procedimiento sencillo, se realiza de manera ambulatoria, no requiere hospitalización y tiene mínimos riesgos y pronta recuperación. “De hecho, se practica de forma gratuita en muchas instituciones de salud públicas”, explicó el especialista en urología.
Sin embargo, la resistencia de los hombres para practicársela está asociada al miedo y la desinformación. “Muchos piensan que implica riesgo de cáncer, lo cual es falso, o que puede provocar que no eyaculen, que tampoco es cierto. No habrá ninguna diferencia en cuanto al deseo sexual, la calidad del eyaculado o erección”, aclaró.
El rechazo de los hombres al procedimiento se debe a factores culturales, ya que ellos no participan en nada que tenga que ver con la salud reproductiva, consideró Benno de Keijzer Fokker, egresado de la FM y asesor del Programa Integral de Trabajo con Hombres de la Coordinación para la Igualdad de Género (CIGU) de la UNAM.
Para el doctor en Salud Mental Comunitaria y maestro en Antropología Social “en nuestra cultura hay muchos elementos que colocan la hombría en los genitales, pero si bien son órganos muy queridos, son sobrevalorados. Ahí no está la hombría ni la persona. Hay temores en la sociedad y uno de ellos tiene que ver con que la sexualidad del hombre va alterarse, cosa que no sucede”.
En ese contexto, explicó que hace décadas, cuando apenas empezaba el programa de vasectomía en el país, se tenía la idea inconsciente de que era algo semejante a la castración. “En comunidades rurales los hombres la asociaban con emasculación y decían, ‘voy a engordar’, ‘me va a cambiar la voz’. Esto en la ciudad ya no ocurre, pero sí hay temores en cuanto a la sexualidad”.
Comentó que, en algunas zonas del país, los hombres quienes se han realizado el procedimiento son los que organizan el trabajo de promoción con sus pares. Es muy conocido un grupo de obreros en Coahuila que se autodenominaron “Los pistolas sin balas”, quienes llevan a cabo pláticas de salud reproductiva a otros varones para que se animen o, por lo menos, se informen y acerquen a este beneficio gratuito.
Asimismo, detalló que aún es un fenómeno que se mantiene oculto por la presión social. “Sé de hombres que han pedido vacaciones para hacerse la vasectomía, salen y luego continúan su vida normal, no lo cuentan a nadie; si acaso la esposa se entera”.
Ante eso, Benno de Keijzer exhortó a los varones a desprenderse de los mandatos de la masculinidad, a informarse y a no dejarse presionar, pero sobre todo a estar seguros de la decisión que se tomará. “Hay que tener seguridad en cuanto a la decisión reproductiva, pero también a lo que uno está dispuesto a asumir, porque tiene que ver conmigo, mi cuerpo, mi pareja y nuestra determinación de engendrar o no”.
“Hace 10 años me la hice”
Roberto Torres es relacionista público, vive en Ciudad de México junto a su esposa e hijas, tenía 40 años cuando decidió vasectomizarse y fue criticado. “Hubo muchos señalamientos, sobre todo de los hombres. Más de un amigo me dijo: ‘estás atentando contra el clan de los machos’; siempre fue atacarme, me cuestionaban con qué iba a pasar si algún día decidía casarme de nuevo. Me insistían: ‘que ella se haga la cirugía’, ‘ocupa otro método anticonceptivo’”, señaló en entrevista.
Pese a las objeciones, fue una resolución que ya había tomado junto a su pareja. “Nada más pasé, me colocaron en una plancha y me dijeron: ‘te pondremos anestesia local’ y fue rápido, en 10-15 minutos ya estaba afuera caminando. El problema es después, cuando pasa el efecto de la inyección, sí fue doloroso e incómodo, pero nada del otro mundo”, dijo.
Para Roberto tomar la decisión no fue difícil, de hecho, es el tercer hombre de su familia que se la realiza y, a 10 años de distancia, se siente complacido. “Si hoy me preguntaran si recomiendo la vasectomía, diría que sí. Es mucho más seguro, te diviertes más que a los 30 años”, afirmó entre risas.
El Día Mundial de la Vasectomía, que se conmemora el tercer viernes de noviembre, es una oportunidad para informar sobre este método seguro y gratuito, de hacer conciencia de todos los mitos alrededor y de “quitar la barrera del machismo, la única justificación que le doy a no realizarse este procedimiento”, finalizó Juan Manuel Franco.
FUENTE: UNAM