Diana Gante
Agencia Reforma
Ciudad de México, 16 febrero 2025.- Aunque la Refinería Olmeca inició su construcción en agosto de 2019, fue hasta 2022, y luego de que el complejo registrara inundaciones, que se consolidaron contratos para el desarrollo de los cárcamos.
Incluso, la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) en su modalidad Regional sobre la obra en Dos Bocas advertía que estaría enclavada en una zona de «riesgo alto por inundación».
Conforme los contratos firmados por Pemex Transformación Industrial (PTI) con las empresas Pimosa y Postensa LGS, consultados por Grupo REFORMA, fue hasta mayo y octubre de 2022, respectivamente, que se resolvió construir cárcamos de agua pluvial, a pesar de que ya iban más de 20 meses en construcción de la refinería.
Desde agosto de 2021 se registró una de las primeras inundaciones en el complejo, aún en etapa muy inicial de construcción de infraestructura, derivado de una tormenta tropical, lo que puso en cuestionamiento la ubicación del complejo.
Posteriormente, para octubre de 2022, el Municipio de Paraíso, Tabasco, donde se ubica la refinería, se vio afectado por un frente frío que mantuvo las instalaciones «bajo el agua» por varios días, al igual que el poblado.
Óscar Ocampo, coordinador de la práctica de Energía del IMCO, señala que desde el inicio se señaló que Paraíso es un Municipio que en sí ya se está inundando, por lo que no era la mejor idea construir una refinería ahí.
«Estamos hablando del método (de planeación) de ‘me canso ganso’, porque desde 2018 el Presidente López Obrador dijo que se tenía que hacer Dos Bocas y que la va a inaugurar antes de que acabe el sexenio y con esos tiempos no había manera (de diseñar y desarrollar bien) antes de si quiera poner la primera piedra», puntualiza.