HOMENAJEAN A UNIVERSITARIOS EN LA 65ª EDICIÓN DEL PREMIO ARIEL

·      Se otorgó el Ariel de Oro a dos destacados egresados de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas, los cineastas Marcela Fernández Violante y Juan Mora Catlett

 

En el marco de la 65ª edición del Premio Ariel que otorga la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), dos cineastas universitarios fueron homenajeados: Marcela Fernández Violante y Juan Mora Catlett.

 

El reconocimiento a los egresados del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) –ahora Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC)– es por sus extraordinarias contribuciones al cine mexicano y su excepcional trayectoria en la industria cinematográfica.

 

Fernández Violante ganó el premio Ariel a Mejor Cortometraje Documental con su trabajo “Frida Kahlo”, en 1972; además ha recibido siete nominaciones a lo largo de su carrera. En tanto, Mora Catlett obtuvo el Ariel a Mejor Edición en 1982 por “Ora sí tenemos que ganar”; y en 1987, por el Mejor Guion Cinematográfico por “Crónica de familia”, en la que compartió créditos con Juan Tovar y Diego López Rivera; fue nominado en otras tres ocasiones.

 

Marcela Fernández, directora, guionista y académica, es egresada de la primera generación del CUEC (1964-1969), en la especialidad de Guion y Dirección. También estudió Literatura Dramática en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. De 1970 a 1971 coordinó el Cine Club Infantil de la UNAM. 

 

Entre sus largometrajes destacan “De todos modos Juan te llamas” (1976), realizado con el apoyo de la UNAM; “Cananea” (1978); “Misterio/Estudio Q ”(1979); “En el país de los pies ligeros” (1982); “Nocturno amor que te vas” (1987); “Golpe de suerte” (1992); y “Acosada (2002)”.

 

A partir de 1970 fue profesora de tiempo completo en el CUEC, coordinó el Taller de Cine de la Casa del Lago y de 1978 a 1982 fue secretaria técnica del CUEC, cuya dirección ocupó de 1985 a 1989, siendo la primera directora de esta entidad académica. Además, se desempeñó como secretaria general del Comité Central del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica y de la Sección de Autores y Adaptadores de este organismo.

En 1998 recibió la Medalla de Plata y un reconocimiento por 25 años de labor académica en la UNAM. En 2000 la Sociedad Mexicana de Directores le concedió la Medalla de Plata al Mérito del Director, por 25 años de actividad cinematográfica.

 

En 2006 el entonces rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, le entregó la Medalla «Sor Juana Inés de la Cruz», en reconocimiento a su trayectoria académica, como universitaria y creadora cinematográfica.

 

Juan Mora Catlett

 

Es considerado el cineasta que inauguró el género de cine sobre la época prehispánica hablado en lengua indígena, con su película “In Necuepaliztli in Aztlan” (1990) premiada internacionalmente; fue el primero en difundir y promocionar las lenguas indígenas náhuatl y purépecha en el séptimo arte de ficción. Por ello fue reconocido por la Secretaría de Educación Pública en el Día Internacional de la Lengua Madre de la UNESCO, en 2007.

 

Como educador ha formado e influido en generaciones de egresados de las dos escuelas de cine más importantes de nuestro país, a partir de 1976 en el CUEC, y en el Centro de Capacitación Cinematográfica, desde 1977, hecho reconocido expresamente por varios de sus exalumnos. La UNAM ha distinguido sus logros, por ejemplo con el Premio Universidad Nacional en Docencia en Artes, en 2009. En 2019 fue acreedor al Lifetime Achievement Award (Premio de Excelencia Docente) por la trayectoria de una vida en la enseñanza, de CILECT, la Asociación Internacional de Escuelas de Cine y Televisión.

 

Mora Catlett apuntó, previo a la ceremonia, que sintió un “profundo agradecimiento” al ser elegido para recibir el Ariel de Oro y añadió: “un poco como que mis exalumnos, que ahora son profesionales, reconocen el apoyo que les di en su formación”.

 

Además, señaló, “se valora el tipo de cine que he hecho, el cual es un poco sui generis. Son películas que no caen entre los géneros convencionales del cine mexicano. Es una sensación de mucho agradecimiento”.

 

El universitario recordó que una de las razones por las que comenzó a impartir clases es que se “sentía un poco necesitado de gente empática, interesada en lo que hacía. En ese entonces tenía 25 años y mis alumnos eran de mi edad, un poco mayores, era una relación muy cercana. El cine mexicano estaba en una situación bastante mala, se producía un cine muy comercial, entonces les comenté a mis alumnos que si el cine mexicano no existía, había que hacerlo y lo han hecho”.

 

Durante la ceremonia, al recibir el reconocimiento, Juan Mora aseguró que: tiene un significado especial para mí, dado que no es otorgado por un jurado de festival o por críticos, sino por aquellos compañeros de viaje, tanto en las escuelas como en el quehacer profesional, que entienden el arte cinematográfico y el esfuerzo detrás de cada escena, de cada toma, de cada historia contada, ya sea en ficción o documental.

 

“Nuestro cine mexicano ha sido aplaudido en escenarios internacionales, ha cosechado premios y ha sido reconocido por su calidad y profundidad. Sin embargo, es fundamental que este cine, nuestro cine, se exhiba masivamente en nuestro país. Es nuestra historia, nuestro presente y futuro lo que se proyecta en las pantallas, y cada mexicano merece tener acceso a él, ya que el cine es a la vez un espejo en el que reconocemos nuestro rostro, como decían los antiguos mexicanos, y también la imagen que proyectamos hacia el resto del mundo”, afirmó.

Y agregó: “Hago un llamado a mis colegas cineastas, tanto en los sectores de producción, distribución y exhibición, para que sigamos creando y podamos difundir un cine inclusivo, que no solo cuente historias, sino que también abra puertas y construya puentes entre las diferentes culturas y clases sociales que conforman nuestro México, y afiance su posición en el ámbito internacional”.

Raúl Briones consigue su tercer Ariel

 

Actor egresado del Centro Universitario de Teatro logró tres nominaciones al Ariel y tres premios. Se coronó en la categoría de Mejor Coactuación Masculina por su trabajo en “El norte sobre el vacío” (2022), producción que terminó la noche con el reconocimiento a Mejor Película.

 

En el largometraje dirigido por Alejandra Márquez Abella, Briones interpreta a Guzmán, uno de los narcotraficantes que acosa a la familia protagonista. El actor considera que su personaje es clave para el mensaje que busca abordar la película, porque a través de él se nos permite ver “al verdadero enemigo”.

 

“Yo veía un Guzmán que hablaba de un sector de la sociedad que me importaba a mí en torno a la apología del narcotráfico, porque le dije a Alejandra que no estaba tan convencido de querer interpretar un personaje que solo sea un narco. Y ella me dijo que buscaba lo contrario, humanizar desde un punto de vista en el que entiendas de dónde vienen estos sicarios, cómo se volvieron esta carne de cañón que sólo es usada como brazo armado, no son los estrategas, los grandes sicarios o los juniors del narco, sino gente de a pie, generalmente son personas de muy bajos recursos, desprovistos de cualquier cobijo del Estado, han sido abandonados durante décadas; de repente llega al narco y encuentra estas juventudes tan desvalidas y les ofrece una alternativa a la opresión que siempre han experimentado”, subrayó Briones.

 

El proyecto “Agustina”, en el que participa como director de fotografía Bruno Gaeta, egresado de la ENAC, ganó el Premio Ariel en la categoría de Mejor Cortometraje de Ficción.

 

La película, dirigida por Luciana Herrera, cuenta el momento cuando Agustina descubre que el viaje a la Luna que su maestra le había prometido es sólo imaginario, y queda devastada. Un conflicto se desarrolla en el país, su padre es arrebatado por este y tiene que encontrar su propia manera de enfrentar la realidad.

 

FUENTE: UNAM