Por Héctor Larios
“¿Dónde jugarán los niños?”
Xalapa, Ver., 18 diciembre 2023.- La semana pasada diversos medios publicaron que las escuelas deportivas que practican en la Unidad Deportiva Universitaria fueron avisadas que a partir del próximo año no podrán utilizar sus instalaciones, por disposición de la Dirección de Actividades Deportivas de la Universidad Veracruzana.
Sin que haya comunicado oficial, por parte de dicha dependencia, ni por la Fundación UV, encargada del espacio deportivo y cultural más importante del Estado. Los afectados tampoco han emitido su posicionamiento al respecto, para evitar represalias esperando que recapaciten las autoridades universitarias.
La disposición está orientada en que únicamente Halcones UV ocupe sus espacios. Quieren ganar sin competir, expulsando a la competencia. Parece que la tendencia es monopolizar todo.
Hasta el momento este es el panorama que espera al deporte infantil y juvenil de la capital del estado.
Veamos, las escuelas instituciones deportivas rentan sus espacios, ingreso que va a la Fundación y es ocupado para el mantenimiento de sus campos e instalaciones. Con esta medida afectará al funcionamiento, limpieza de campos, del maravilloso entorno.
La “brillante” idea, cree que por arte de magia los alumnos de las escuelas afectadas irán en automático a Halcones UV. Desconocen el arraigo y sentido de pertenencia que los jóvenes deportistas tienen por sus colores.
Pretenden ganar sin competir, y no en el campo de juego sino en una competencia de mercado. Buscan aumentar su matrícula expulsando a los equipos que dan vida al complejo deportivo. Sin ellos no habrá ingreso de recursos por concepto de entradas de deportistas y familiares que los acompaña tres o cuatro veces a la semana. Las cafeterías, también serán afectadas.
Atraer deportistas a sus Halcones, requiere de visión y un proyecto poliédrico tanto atléticos, administrativos y de mercadotecnia que enarbole la política del deporte universitario. Que incluyan planes y programas de cada disciplina, por ramas y categorías, un seguimiento que brinde a los usuarios y familia las bases de una cultura deportiva, es decir la plataforma de desarrollo para que un futuro inmediato los xalapeños tengan representativos para la alta competencia.
Han tenido todo el tiempo para hacerlo, y no han hecho nada, por omisión, incapacidad o ambas.
Porque, bien o mal, son estás instancias de iniciación quienes desarrollan ese trabajo con los niños, son la cantera de universidades públicas y privadas.
También hay casos de estudiantes-deportistas UV, que son campeones regionales o nacionales que entrenan en clubes por su cuenta, sin apoyos de ningún tipo. Pero eso sí, directivos y entrenadores están listos para la foto, hacen caravana con sombrero ajeno, cobran puntualmente cada quincena, desconocen dónde y cómo entrenan los muchach@s. Seguramente a ellos los seguirán usando en las mismas condiciones.
Los responsables del deporte universitario están en su derecho de impedir el uso de sus instalaciones. Pero esa medida va en contra de la promoción y difusión de la cultura del deporte, razón de ser de la Fundación UV. Además, vulnera los derechos de los jóvenes de acceso a la práctica deportiva.
La crisis de espacios de recreación es expresión de políticas públicas al respecto. Es una asignatura pendiente, la ausencia de un plan maestro del deporte veracruzano, que incluye al deporte estudiantil explota frente a nosotros sin que nadie de la cara.
El deporte no puede seguir en manos de funcionarios de pantalón largo e ideas cortas, que en vez de sumar, restan y dividen, deciden detrás del escritorio manchando el prestigio de nuestra Universidad.
El descontento aumenta día a día. Es deseable que el Rector tome cartas en el asunto y el gobernador no deje en manos de aprendices las riendas de deporte en la entidad.
