· Condena ataques civiles en conflicto entre Israel y Hamas
EU se quedó este miércoles solo en su defensa a ultranza de su principal aliado histórico, Israel, al negarse a apoyar una resolución que pedía establecer «pausas humanitarias» y condenaba los ataques a los civiles de todas las partes.
En el momento del voto de esta resolución presentada por Brasil, y que ha sido negociada durante varios días para concitar el máximo número de apoyos, solo la embajadora estadounidense, Linda Thomas-Greenfield, levantó el brazo en el turno de los votos negativos. Al tener su país derecho de veto, hacía inútil la resolución.
ONG egipcias esperan en la frontera para entregar ayuda a Gaza tras anuncio de Israel
El pasado lunes, la propia Thomas-Greenfield también se negó a apoyar otra resolución más contundente, presentada por Rusia y que pedía un alto al fuego inmediato: entonces, la embajadora adujo como razón que el texto no condenaba las acciones terroristas de Hamas de manera explícita.
La resolución de este miércoles de Brasil sí que recogía ese deseo de Estados Unidos, y había rebajado la petición de tregua a la de «pausas humanitarias» -es decir, no pedía parar la ofensiva israelí-, pero ni aun así fue suficiente: Thomas-Greenfield dijo hoy que faltaba en el texto una mención al derecho de Israel a defenderse.
Si en la resolución presentada por Rusia el pasado lunes EU votó junto a sus aliados occidentales -Reino Unido y Francia-, en la de hoy se quedó solo: Francia votó a favor de la propuesta brasileña y el Reino Unido se abstuvo. Doce países en total apoyaron el texto brasileño.
Ambos países europeos se han mostrado en esta crisis más cerca de Israel que de los palestinos, pero la magnitud de la destrucción causada en Gaza por los bombardeos israelíes parece haber atemperado o al menos matizado este apoyo.
Estados Unidos, sin embargo, se mantiene claramente del lado de Israel, como lo puso hoy de manifiesto su presidente con gestos y palabras: nada más llegar a Israel, se fundió en un abrazo con el primer ministro de ese país, Benjamin Netanyahu -en lugar de un apretón de manos-.
Luego, y en una comparecencia conjunta, se pronunció a favor de la tesis de Israel con respecto a uno de los acontecimientos más polémicos de la reciente guerra, como fue el bombardeo el martes del hospital Al Ahli en Gaza, que según el ministerio de Sanidad gazatí se saldó con 471 muertos.
«En base a lo que he visto, parece que ha sido la otra parte, pero hay mucha gente por ahí que no está segura, por lo que tenemos mucho por delante», afirmó Biden nada más llegar a Israel, justo antes de su reunión con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
El incondicional apoyo a Israel ha levantado este miércoles ampollas dentro de la ONU, y casi todos los países han lamentado que no haya salido adelante un texto que había sido limado para hacerlo más «digerible» -excluyendo, por ejemplo, la mención a una tregua definitiva o pidiendo el fin de los ataques a los civiles, como pedía Rusia-.
La soledad de Estados Unidos hoy contrasta con la que ha sufrido en los dos últimos años otra gran potencia, como es Rusia, debido a la guerra de Ucrania: en ese otro conflicto, EU ha conseguido tejer una alianza con la Unión Europea y otros países aliados (Japón, Canadá o Australia, entre otros) y dejar a Rusia en una posición muy minoritaria.
Y aunque en los primeros días de la guerra en Gaza parecía que se repetían las mismas fracturas geopolíticas -Occidente por un lado y Rusia y China por el contrario-, el bombardeo del hospital el martes parece haber cambiado las tornas: muchos de los aliados de Estados Unidos ya no han querido este miércoles ponerse del lado de Israel.