ELECCIONES: IMPROVISACIONES Y ACARREO

Pedro Peñaloza

 

“Democracia: es una superstición muy difundida,

un abuso de la estadística”.

Jorge Luis Borges

Lejos de entusiasmar, las propuestas de las candidatas presidenciales ratificaron los lugares comunes, con algunas ocurrencias. En efecto, el arranque de la fase final del proceso electoral exhibe lo previsible.

Todo indica que ambas tienen un script ya definido. Aunque puede ser que improvisen y hagan algo que jale reflectores. Sus primeros actos y los pronunciamientos respectivos dibujan su estilo y prioridades.

El evento de Xóchitl en Fresnillo fue un buen mensaje para poner el acento en la inseguridad, inicia campaña en el lugar donde la percepción de inseguridad es la más alta del país. Pero, su propuesta de construir una “cárcel grande para los delincuentes peligrosos” deslavó su intención inicial y la mostró como una vulgar adoradora de la punición.

Aunque después trató de matizar su lanzada, se hundió más al mantener la absurda idea de la prisión, con claros rasgos bukeleanos. Otra pifia fue “sellar con sangre” su compromiso de no desaparecer los programas sociales. Como si su palabra no fuera suficiente.

En el caso de Sheinbaum, su arranque fue típico de un gobierno corporativo y muestra lo que será su campaña. Nada nuevo bajo el sol: un Zócalo con miles de acarreados, un discurso calcado de su jefe, 100 promesas etéreas y, por supuesto, pleitesía al mesías.

Sus propuestas en seguridad son un homenaje a lo intrascendente, sus prioridades son fortalecer lo que hizo AMLO y repetir el discurso vacío de “atacar las causas” y “combatir al neoliberalismo”.

Uno de los temas que evadió fue el de los desaparecidos y específicamente el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Será porque su inventor ya anunció que no se resolverá este caso en su gobierno. El reciente portazo a Palacio Nacional muestra una relación rota y exhibe el incumplimiento de la demagógica promesa de informar del paradero de los jóvenes.

Ni una idea acerca de la concentración del ingreso. La candidata del oficialismo mantendrá el régimen de privilegios. Sus poses de izquierda se deslavan con la práctica de un gobierno impulsor de la riqueza de unos cuantos.

En síntesis. Faltan pocos meses para la elección y es deseable que en los tres debates acordados veamos a las candidatas con menos ocurrencias y más consistencia programática.

El llamado del Episcopado mexicano y de la ONU ante los riesgos de violencia son pertinentes. Por su parte, el gobierno se obstina en decir que el país está feliz y en paz, mientras el crimen organizado ya está interviniendo en los procesos electorales, amenazando, asesinando e imponiendo candidatos.

@pedro_penaloz