Pedro Peñaloza
“El poder no corrompe.
El miedo corrompe, tal vez el miedo a perder el poder”.
John Steinbeck
En la entrega anterior señalamos las supuestas hipótesis que han circulado profusamente en distintos medios de comunicación de la entrega o captura del “Mayo” Zambada y el ridículo del gobierno mexicano ante la operación que detuvo a uno de los narcotraficantes más importantes y buscados en los últimos 30 años.
La poca, trastabillante y contradictoria información que emite López Obrador y su Secretaria de seguridad en las misas de siete ratifican su incapacidad y deja ver la sorpresa que significó el hecho. Un gobierno con autocrítica y dignidad pondría a todo su sistema de inteligencia a examen y le exigiría decir: ¿por qué el ejército y la marina no sabían del operativo, del vuelo, de los personajes que se encontraban abordo, a quién pertenecía el avión y cuál fue la pista que utilizaron para salir del país? Pero el gobierno obradorista no admite errores ni mucho menos incapacidades de sus integrantes.
Ante la información dosificada del vecino del norte seguimos estando en presencia de una lluvia de preguntas. Si se entregó, ¿por qué a sus 76 años el “Mayo” aceptó pasar el resto de su vida en la cárcel, teniendo en México protección por parte de la administración actual y un previsible acuerdo con el futuro gobierno?
Aquí estaríamos en presencia de una hecatombe política que abriría una crisis en el sistema de dominación con pronóstico reservado. Y vaya que tiene información el “Mayo”. Pondría de rodillas a ex presidentes, gobernadores y a muchos jefes militares.
La hipótesis de la “trampa” por parte del “Chapito” Guzmán López es posible e involucra la participación de agentes norteamericanos operando en territorio nacional. No pudo ser de otra manera. Es una típica extracción de una agencia norteamericana.
El hecho de que AMLO siga pidiendo información es un mensaje dirigido al “Mayo”: tiene que quedar claro que él no tuvo que ver en su detención, eso es importante para fines de viejas alianzas y futuros negocios.
Por supuesto, los vacíos se tienen que llenar y habrá reestructuración en el Cártel de Sinaloa, el cual se encontraba dividido, pero se mantenía por las grandes ganancias de la venta de fentanilo en Estados Unidos y otros negocios regionales. Los diversos grupos delictivos se declaran en alerta.
La pregunta nuclear es: ¿confesará el “Mayo” todo lo que sabe?, ¿cuántos políticos y personajes variopintos están o estuvieron en la nómina del narcotraficante o habrán hecho negocios con él?, ¿están temblando en Palacio y en los cuarteles?
@pedro_penaloz