Por Edgar Hernández*
La consolidación del crimen organizado, una escalada de venganzas políticas y cárcel para los enemigos peor que la que hoy se registra, así como un estado sin ley donde se redoble la escalada de corruptelas y desvíos millonarios espera a los veracruzanos si llega a la gubernatura Eric Cisneros.
Arturo Reyes Isidoro, periodista apreciado y sumamente respetado, marca agenda al alertar la inminente renuncia del secretario de Gobierno, Eric Cisneros, el “Plan B” de Rocío Nahle, para contender por la gubernatura de Veracruz.
Grave que llegue Nahle por el incumplimiento en la entrega de “Dos Bocas”, pero trágico que entre al quite el Bola #8 avecindado en Veracruz el último lustro procedente de Baja California, quien solo vino a sembrar odio y muerte.
El afrodescendiente de pacotilla, ya que en realidad solo es un prieto asoleado que nunca vio por ni por Veracruz ni por los negros, un mal día fue impuesto como segundo de Cuitláhuac y desde su plataforma de poder se dedicó a consumar venganzas, atropellar a mujeres, alcaldes y enemigos del régimen.
Fue tanto su espacio de poder y maniobra que otro mal día para la familia en el poder se hizo de un voluminoso expediente incriminatorio contra Cuitláhuac; supo de los negocios del primo hermano Eleazar, de los medios hermanos; los segundos y terceros frentes; los moches, los problemas de alcoba y de todos los excesos familiares que, ya documentados, valen oro.
¿Cuál es el valor de la información que tiene el Bola #8, sobre la gente de poder relativa a los paraísos fiscales?
Mucho, muchísimo.
Tanto como para comprar el silencio y darle manga ancha. Ser el poder tras en trono y no obedecer mas que a su conciencia que, esta sí, ha de estar como chapopote.
A Veracruz, si llega el Bola #8, habrá de sucederle lo que al país en la transición del 2018 en donde el presidente Peña Nieto, por salvar su pellejo le abrió el camino de la Presidencia a López Obrador.
El “Bola #8” habrá de representar lo que en su momento fue el Peje en campaña a nivel nacional donde fue calificado como un peligro para México.
Cisneros será un peligro para Veracruz.
Basta revisar su turbio pasado en donde vivió 40 años en el norte del país señalado y echado por corruptelas. Basta revisar su comportamiento en Veracruz plagado de atropello y denuncias, así como alianzas inconfesables.
Por sus desplantes, este apóstata de la negritud -que en nada se parece a su real defensor don Gonzalo Aguirre Beltrán- nos recuerda al auto emperador Bokassa o al Hitler africano Idi Amín Dada; acaso nos evoca al rey, también africano, Osei Kwame quien literalmente se comía a sus enemigos.
Hoy Veracruz, que ha tenido mas que suficiente con Cuitláhuac García, ya no quiere más de lo mismo.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo