Fernanda Carapia
Agencia Reforma
Guadalajara, Jalisco 22 agosto 2024.- De no saber sumar 1+1, Itati se convirtió en una experta en matemáticas, al grado de representar a México en la Olimpiada Internacional de Matemáticas SIMOC 2024, en Singapur.
La pequeña se trajo una medalla de oro, una de plata y una mención honorífica, pues se quedó a unos cuantos puntos del bronce.
El tiempo, reconoce, fue lo que le jugó en contra en la prueba individual -donde obtuvo el cuarto lugar- ya que se centró en responder los problemas más complicados.
«Estuve a punto de ganar el bronce, era una hora y media para responder 25 preguntas. Me faltó contestar más preguntas, me faltó tiempo, cuando comenzamos, empecé a contestar las últimas que valían más, pero en un ratito se acabó el tiempo, se me hizo como media hora».
Itati tuvo otro reto: vencer la barrera del lenguaje, sobre todo cuando tocó el turno a las pruebas por equipos, donde se trajo el oro y la plata.
Está feliz de haber cumplido un sueño y alcanzado una meta. En su cuello, cuelga con orgullo sus medallas, sus ojos brillan y su sonrisa, literal, va de oreja a oreja.
Aunque Itati es jalisciense, debido a su edad, no acudió con el equipo del Estado. Llegó a Singapur representando a Nuevo León, entidad que la invitó gracias a su desempeño y resultados en los selectivos.
Su participación estuvo en riesgo, primero, por falta de recursos para pagar vuelos y hospedajes, luego por su pasaporte, pues a dos semanas del viaje y pese a que hizo el trámite con bastante tiempo, su documento no estaba listo.
Pero gracias al apoyo de lectores de MURAL, quienes cooperaron económicamente y «moviendo piezas» para liberar el pasaporte, la pequeña matemática viajó al otro lado del mundo.
Verónica, mamá de Itati, no da crédito a lo que su pequeña ha logrado, pues hace no más de dos años y medio, no sabía leer, escribir ni mucho menos sumar.
Recuerda que luego de concretar la adopción de Itati, le hicieron una evaluación para ver si estaba lista para seguir en la primaria, pero los resultados del examen revelaron que su conocimiento era similar al de un niño de preescolar.
«Es su primera participación, se está labrando un camino y lo ha logrado con su disciplina y constancia, haciendo algo que le gusta. Muchas gracias a todos los que nos ayudaron, gracias a Enri y Juan Carlos y todos lo que hicieron posible que ella realizara su sueño», comenta Verónica.
Itati no quiso irse con los «chiquitos», así que asumió el reto que le puso su mamá. Tomó todas las clases necesarias para ponerse al corriente y fue ahí donde se enamoró de las matemáticas.
«Quiero ir por Jalisco y quiero traerme puros oros porque a los que ganan puros oros les dan un trofeo, quiero ir a Singapur por tres oros y un trofeo», afirma la pequeña.