Claudia: la guerrera de los haitianos
Por Héctor Guerrero
El tema de la migración en México es alarmante, ya no sólo como un país de tránsito, sino como país receptor.
El último episodio fue el de los 32 migrantes secuestrados por el crimen organizado y que luego fueron “rescatados” por el gobierno federal.
Eso del “rescate” es una vil mentira, pues luego de que se informó que estaban sanos y salvos, que había sido una operación conjunta entre todas las autoridades, se supo que fueron los propios delincuentes quienes escoltaron el camión y lo dejaron en el estacionamiento de un centro comercial, donde un civil llamó a las autoridades para reportar el hecho y pues simplemente llegaron.
Ya dejando a un lado la hostilidad, el hambre, la muerte, la mutilación por subirse a trenes, el clima, la trata, el secuestro, además de ser víctimas de masacres, los migrantes son usados como acarreados para los mítines políticos, especialmente de Morena, particularmente de Claudia Shienbaum.
Y todo salió por el mitin de cierre de precampaña del candidato opositor Santiago Taboada, donde estuvieron presentes migrantes haitianos que vestían playeras del PAN, portaban banderas y material de propaganda del candidato.
Algo que solamente habíamos visto antes en mítines de la corcholata y de Clara Brugada.
Recordemos que en junio pasado Morena acarreó a 20 haitianos aprovechándose de su necesidad para hacer montón y gritar consignas a favor de la marioneta del presidente.
La oposición acusa que los haitianos fueron “sembrados” por los morenistas, si bien la política en México es sucia y corrupta, hoy en esos rubros nadie super al partido oficial, como antes nadie superaba al PRI.
Si les damos el beneficio de la duda, antes debemos adelantar y saber perfectamente quien es Claudia y como le apuesta al olvido, a que ella cree que somos, por decir lo menos, una bola de cretinos.
No vamos a hablar del Rébsamen o de la línea 12 o del los escándalos de su ex marido, Carlos Imaz, vamos a hablar de hechos ocurridos el año que acaba de finalizar.
En enero de 2023, cuando ocurrió el accidente en la línea 3, la señora andaba en campaña y no en su lugar de trabajo, acto seguido, Ernestina Godoy, la deslindó de toda responsabilidad, culpando al conductor y todos felices.
Para el 12 del mismo mes, se anunció que la Guardia Nacional se encargaría de la seguridad del Metro para combatir los “sabotajes”, pues el mejor papel de Claudia y de López es hacerse las víctimas y pues todo el mundo contra ellos.
Obviamente la fiscalía no comprobó nada y se impuso la verborrea, la fórmula de este gobierno.
Al otro día, el 13 de enero la señora Viviana, una madre de familia y ama de casa a quien se le acusó de saboteadora, casi casi de terrorista por tirar unas aspas a las vías del metro, lo que confirmaba su narrativa de sabotaje.
El gobierno de la CDMX se le fue con todo a una mujer, madre de familia a quien se le cayeron las aspas de su lavadora (que llevaría arreglar) a las vías fue acusada del delito de ataques a las vías de comunicación cuando, por accidente, se le cayeron a las vías de la estación Centro Médico unas aspas de lavadora que llevaría a arreglar, fue detenida y trasladada al reclusorio femenil de Santa Martha donde permaneció un par de días para luego ser absuelta, pues no había delito que perseguir.
La señora aún espera la reparación del daño.
Ya bien volada por ser la favorita del jefe, en febrero una oleada de publicidad en todo el país de ella con su mesías, colgándose de él como lo sigue haciendo hasta la fecha, obviamente de forma ilegal. ¿y qué dijo? Que fueron sus simpatizantes. Sí como no. Luego vino lo de la adquisición de 102 trolebuses a sobreprecio y aplazaron la transparencia de 93 millones de pesos para que nadie los molestara, otro clásico de morena, el miedo a la transparencia.
Y desde ese primer trimestre del año ya empezaba todo el aparato gubernamental para apoyar la campaña de Claudia con despensas y apoyos directos de dependencias gubernamentales y gobiernos afines a morena.
También la corcholata gusta de reunirse con impresentables y corruptos, “farsantes” y “salinistas”, como le llama su patrón a gente con el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro o qué tal apoyando la campaña del recién fallecido Armando Gudiana cuando quiso gobernar Coahuila y ahora la desbandada priista Ruvalcaba y Eruviel.
Espectaculares en todo el país con su silueta inundaron el país y obviamente ella no tuvo nada que ver. Tampoco en salir en todos los medios “neoliberales” que pudo, al más puro estilo de Enrique Peña Nieto, Claudia Sonríe y alaba a los banqueros y desprecia a la sociedad civil, sobre todo a quienes la cuestionan, además beneficiaria de la beca “Rockefeler”.
Pero ¿qué tal la farsa de sus documentales y la la notota que se llevó su hijo con toda esa farsa?
Y si le seguimos no acabamos.
Esa es la “guerrera de los haitianos”, si quieren, se las regalamos con moño y todo.
Tiempo al tiempo.
@hecguerrero