· Manuel Miranda Anaya, Gabriela Castaño Meneses, Enrique Cantoral Uriza, Juan Morales Malacara y Erubiel Hernández Tirado estimaron necesario redimensionar su importancia
Ante los desafíos globales que enfrenta la humanidad, se requiere redimensionar la importancia de la ciencia como generadora de conocimiento y motor fundamental para mejorar la educación, así como la calidad de vida de las personas, coincidieron en señalar académicos de la Unidad Multidisciplinaria de Docencia e Investigación, campus Juriquilla, de la Facultad de Ciencias de la UNAM.
Durante la mesa redonda “La ciencia y la sociedad: perspectivas desde la investigación y la divulgación”, Manuel Miranda Anaya comentó que la ciencia trasciende la esfera individual al desempeñar un papel esencial en la conformación de políticas gubernamentales y en la resolución de los desafíos mundiales de hoy en día. En ese sentido, aseguró que no puede existir en aislamiento, requiere el compromiso y la conciencia de la humanidad en su conjunto.
La divulgación científica y la participación ciudadana se constituyen en pilares fundamentales para que tengamos información necesaria, a fin de tomar decisiones esenciales en nuestras vidas personales y profesionales. Los gobiernos, por su parte, deben basar sus políticas en información científica sólida, especialmente en áreas críticas como salud, agricultura y medio ambiente, destacó.
Miranda Anaya subrayó que para afrontar los desafíos del desarrollo sostenible gobiernos y ciudadanos deben adquirir mayor cultura científica, en tanto que la comunidad de especialistas debe esforzarse en buscar soluciones comprensibles y pertinentes para los problemas que enfrentan la sociedad en su conjunto.
Para el experto, se deben explorar diferentes rutas de investigación a fin de determinar cómo la ciencia, la tecnología y la innovación pueden conducirnos hacia un desarrollo más equitativo y sostenible, y un futuro más prometedor.
En tanto, Gabriela Castaño Meneses expresó: a veces decimos que debemos alfabetizar a la gente en ciencia y eso “es cierto, pero creo que también tenemos que alfabetizarnos a nosotros mismos en cuestiones de divulgación científica para comunicar mejor, entendiendo que hay diferentes públicos y diferentes niveles de conocimiento”.
Agregó que toda investigación científica incluye tareas de observación, análisis de variables y cuestionamientos que permitan identificar patrones de comportamiento del fenómeno de estudio, pero un factor que se debe considerar es la participación de la gente que en numerosas ocasiones cuenta con abundante información o conocimientos.
Durante su participación, Enrique Cantoral Uriza dijo que es fundamental identificar y establecer vínculos de colaboración para que la ciencia llegue a la sociedad a través de enlaces y preocupaciones comunes, por ejemplo buscar soluciones a la falta de agua potable en comunidades mediante trabajo conjunto entre la comunidad y los investigadores científicos.
“Esta es una manera de atender un problema de forma coordinada; ante una necesidad la ciencia y la tecnología se acercan y se construyen con la gente las posibles soluciones a su tema específico; y lo que se requiere es un diálogo con las partes en donde uno tiene que aprender a decir lo que se quiere sin tanto tecnicismo y aprender a escuchar a las y los habitantes”.
En su oportunidad, Juan Morales Malacara enfatizó en impulsar mayor divulgación del trabajo científico y de sus posibilidades para atender las problemáticas sociales, de tal manera que la investigación tenga mayor incidencia en la toma de decisiones gubernamentales y en la elaboración de políticas públicas.
Arturo Erubiel Hernández Tirado, pasante del posgrado de Filosofía de la Ciencia, se refirió a la cultura científica como una forma de aproximarse al conocimiento y que las personas tengan más información, que puedan cuestionarse, ser críticas y reflexivas, participen, tengan perspectivas y nuevas herramientas sobre cómo transformar y abordar los problemas para ofrecer soluciones.
FUENTE: UNAM