Jorge Ricardo
Agencia Reforma
Ciudad de México 21 octubre 2023.- A punto de abandonar los 80 años, Roger Bartra Murià, el intelectual mexicano más importante vivo, hizo una aclaración: aunque la virulencia del Presidente Andrés Manuel López Obrador en su contra le dieron una exagerada exposición mediática, él le ha dado muy poca importancia a la política en su obra.
«Hay una percepción de mi trabajo intelectual que no corresponde del todo con mis sentimientos. Les puedo confesar, pero a lo mejor no es muy adecuado, que en mi vida intelectual le doy y le he dado muy poca importancia a la política. Desde luego, yo nací en México por causas políticas: soy hijo de refugiados catalanes que vivieron en el franquismo, la política está en mi sangre y en mi juventud fui, durante muchos años, militante. No obstante, lo que considero más importante son unos temas, hilos de investigación», dijo en su homenaje en el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.
Bartra Murià, antropólogo y sociólogo, ex comunista, hijo de los exiliados catalanes Anna Muriá y Agustí Bartra, quien cumplirá 81 años el 7 de noviembre, desglosó tres líneas de investigación en su obra: la otredad o el mito del salvaje, la melancolía y el exocerebro o la relación entre las redes neuronales y los circuitos simbólicos culturales.
«No es que la política esté pasando a través de estas obras, pero sí me ha interesado decirles que esos tres temas han sido para mí algo fundamental, y muchísimo más importantes que mi participación en la política, que ha tenido muchos tropiezos, que ha provocado confrontaciones, que me ha ganado insultos, que me ha metido en tremendas discusiones y posiblemente me ha hecho excesivamente visible debido a esa especie de enfermedad que uno carga desde el nacimiento que es la política y la posición como un pensador claramente ubicado en la izquierda», afirmó.
Fue su manera de atemperar los discursos de sus colegas que lo habían descrito como uno de los más honestos y valientes críticos, tanto de la izquierda política en la que ha militado, como de la regresión populista y autoritaria del Gobierno de López Obrador, quien el año pasado lo acusó de «engañar» y de virar al «bloque conservador».
En 2018, desde antes de que López Obrador ganara la elección, Bartra advirtió sobre la regresión autoritaria que haría su Gobierno.
«Soy una voz que viene de la izquierda y afirmo que el Gobierno de AMLO es populista de derecha», declaró el año pasado. A cambio, obtuvo los insultos del Presidente.
«La regresión populista de tintes trópico fascistas promueven el regreso al encierro en un ombligo nacionalista, un regreso autoritario de pronóstico reservado pero que merece ser combatido como (Bartra) lo ha hecho en ‘El regreso a la jaula’ (un corte de caja de los primeros dos años de Gobierno, publicado en 2021 con el subtítulo de ‘El fracaso de López Obrador’)», afirmó el politólogo Francisco Valdés Ugalde, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
«En este tiempo de canallas, de silencios cómplices, de complacencias acomodaticias, se acrecienta la deuda que tenemos con los analistas y pensadores que han permitido ver que hay muchas izquierdas y para mí es fácil reconocer entre ellos a Roger Bartra, ocupa un lugar central en mi gratitud», expresó el biólogo Antonio Lazcano, profesor de la Facultad de Ciencias de la UNAM.
«No es desconocido que Roger Bartra ha sido blanco de un empate reciente desde un ámbito de poder muy relevante, descalificando su trayectoria y sus posturas sobre el rumbo que ha tomado este País desde hace algunos años y sobre quiénes lo conducen. El crítico no está para complacer sino para cuestionar, discutir convencer y en conjunto contribuir a configurar la opinión pública. Quien declina de esa labor, declina la posibilidad democrática de reconocer la diferencia y aceptar los argumentos de los otros», afirmó Miguel Armando López Leyva, director del Instituto donde se hacía el homenaje.
Bartra fue descrito como un académico de carácter ilustrado, un renacentista, un investigador de élite, un analista que inició en el comunismo y luego viró hasta ser un socialdemócrata, un intelectual solitario y libre que denunció el fraude electoral en 1988, desmarcándose de los capitanes culturales agrupados en las revistas Vuelta y Nexos y también de la derecha neoliberal.
Aunque Bartra señalaría al final que ha dedicado poca atención a la política, Carlos Illiades, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, trazó la línea de tiempo del político mexicano a la par que el análisis y las mutaciones de Bartra desde antes del 2000. Desde su alejamiento de la izquierda autoritaria, la denuncia del fraude salinista, la primera derrota del «nacionalismo trasnochado» de López Obrador y su victoria en 2018, hasta la denuncia de «inaudita militarización llevada a cabo por el obradorismo» y la falta de imaginación de la izquierda mexicana, la cual, dijo, ha sido confiscada por el nacionalismo revolucionario de raigambre priista actual.
Entre tanto análisis político, resaltó una alumna de Bartra en doctorado, Paola Vázquez, quien lo describió como una buena persona, coherente, sencilla y atenta, como un investigador de élite y «una influencia feliz e innegable».
Rebelde ante los elogios, político a su pesar, Bartra declaró que se sentía más capaz de soportar las críticas y las discusiones que los elogios. Por eso, agregó se sentía incómodo, a pesar de que en el pequeño auditorio se encontraba su hijo, su nuera y sus dos nietos.
«Les reitero mi agradecimiento a todos por lo que han expresado. No los culpo de la incomodidad que me han ocasionado; se los agradezco, porque tenemos que acostumbrarnos a vivir en contextos incómodos aún cuando tengamos más de 80 años», sostuvo.