ABUSOS DE PODER CONTRA CLAUDIA GUERRERO, ENEMIGA FAVORITA DE CORRUPTOS

Por Edgar Hernández*

@LineaCaliente

No cabe duda, que las costumbres se vuelven leyes y que para el oficialismo el arrodillamiento de los periodistas es parte de la gobernabilidad.

Han sido tantas y tan repetidas las agresiones contra Claudia Guerrero, la periodista más crítica que ha tenido en los últimos lustros Veracruz, que parecieran normales nuevas demandas, agresiones y exigencias como las interpuestas Vania López González, esta sí con repetida fama de corrupta.

Esta agresiva mujer, en complicidad con autoridades electorales, exigencias al Congreso del estado y el apoyo de un par de columnistas mercenarios quiere ver de hinojos a la periodista pidiéndole perdón o refundida en la cárcel.

Para el olvido o el qué importa, quedan la suma de amenazas y demandas que ha recibido la polémica periodista de prestigio nacional atropellada por al menos los últimos gobiernos estatales y organizaciones como los “Cien Pueblos” que lapidaron su casa o la escaldada de atentados de asalto, violencia y amenazas contra su familia.

¿No tuvo que sacar a una parte de su familia ante la inseguridad y avisos de agresiones?

¿Eso es violencia de género, desquite de los abusivos del poder o atentados en abierto a la libertad de expresión?

Hoy la insistencia de parte de Vania López González, síndica de Córdoba, va más allá de la exigencia de que la periodista se disculpe con ella y que se disculpen con ella los que le siguieron el juego en su papel de víctima, busca abanderar a todas las mujeres veracruzanas agredidas.

¡Vaya talento de mujer!

Poco importa que Vania haya sido ligada a organizaciones criminales que asolan la región de las Altas Montañas, que tenga fama de corrupta, que malverse y haga negocio con su responsabilidad pública, que sea altanera contra quienes acuden a pedirle auxilio y que se cobije con las alianzas más ruines con tal de alcanzar su objetivo, ser alcaldesa de una de las ciudades más hermosas de Veracruz, Córdoba.

Vania es una improvisada de la política que encontró su mayor canal de fama pública en sus repetidos ataques a la prensa crítica a los medios y columnistas que han desnudado sus prácticas corruptas.

La señora capitaliza su condición de mujer para interponer sus quejas no en las fiscalías ni en los ministerios públicos, sino en los órganos electorales y ahora en el Congreso del estado.

Se dice atacada por la malvada Claudia, pero de lo único que se ha hablado de ella es de sus fechorías.

Vania López, la “pobre víctima”, espera una disculpa pública de la periodista Claudia Guerrero valiéndole un rábano que vulnere no la libertad de expresión de la periodista, sino de todos los periodistas veracruzanos.

¿Quién debe disculparse, el que ofende a la ciudadanía con sus corruptelas o quien las denuncia?

La ofendida demanda una disculpa por ser mujer olvidando que Claudia Guerrero también es mujer.

No se da cuenta o pretende no darse cuenta, que la prensa crítica ya está muy cuereada y ahora más unida ante los embates y atropellos de la chairiza que regreso la gobernabilidad a la época de las cavernas.                           

Hoy la que no pierde la oportunidad de hacerse publicidad en aras de la defensa de las mujeres veracruzanas se dice «decepcionada de las instituciones», por lo que pide al Congreso Local legislar al respecto para que las sanciones a este tipo de personas -como Claudia Guerrero- sean ejemplares y no se queden nada más es una «disculpa pública» que ni eso acatan los y las infractoras.

¿Acaso espera la tortura o cárcel?

En la cotidianeidad nos hemos encontrado otras “Vanias” que por ver en la cárcel al enemigo o malqueriente lo acusan de acoso para verlo tras las rejas y pagando dinero por las presuntas ofensas.

“Yo creo -se defiende Vania- que ese es un tema ya personal de la periodista (Claudia Guerrero) hacia mí, porque creo que he sido la única mujer en el Estado que sigue luchando contra esa justicia”.

¿La única mujer?

Ese es el tono de la víctima, la del ratero que grita ¡Al ladrón!

Vania acusa a Claudia Guerrero quien, en una estricta revisión de sus columnas, solo ha hecho público sus excesos y abusos de poder, así como sus alianzas criminales y apetitos políticos insanos.

¿Eso es delito que merece confinen a la periodista en Pacho?

Pues para la ambiciosa y perversa Vania, sí.

Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo