Por Edgar Hernández*
A las “Empresas Fantasma” del gobierno de Cuitláhuac, teniendo como recaudador al “primo cómodo” Eleazar Guerrero, se suman las raterías en el Poder Judicial, con Johana Marlén Bautista, responsable de las finanzas cesada hace unos días y las raterías de los alcaldes de Morena luego que ORFIS les sacó sus trapitos al sol.
No son cientos, son miles de millones de pesos los desviados, algo no visto en las últimas cuatro administraciones sexenales tan censuradas por Morena.
Y lo que falta.
Hoy la meta es imponer a una zacatecana para seguir transitando en la impunidad.
Infortunadamente Veracruz vive los peores momentos en décadas al observar un desmesurado saqueo de las arcas públicas, una corrupción imparable y un cinismo no visto con los peores del pasado.
En el gobierno de Cuitláhuac y los poderes legislativo y judicial no hay rubor o temor de cárcel, menos en los municipios gobernados por Morena que traen la bendición del atarantado mandatario mientras la federación se hace de la vista gorda.
Para el mando estatal no es más que “politiquería” la denuncia pública sobre la existencia de 50 empresas fantasma que atienden con largueza financiera 18 contratos bajo sospecha de ilegalidad.
Tampoco existe listado alguno sujeto a proceso de las 190 personas físicas beneficiarias con jugosos contratos sin acreditar obra alguna en su realización, cumplimiento de servicios prestados o entrega de insumos que acrediten la compra.
En todo ese entramado se mueven mil 593 millones de pesos, está documentado.
Ya desde que estaba Roberto Ramos Alor al frente de la Secretaría de Salud se detectaron extraños y sospechosos manejos de medicinas caducas por montos superiores a los 800 millones pesos, nunca se aclaró.
Como tampoco hubo indicios de investigación alguna al descubrirse y hacerse públicos millonarios desvíos en esa misma Secretaría donde salieron a la luz pública los 190 contratos para igual número de personas físicas que recibieron 506. 3 millones de pesos.
De ese universo, 44 personas físicas son beneficiarios de programas sociales con una asignación de 122. 8 millones.
Para el gobierno todo es falso o peccata-minuta.
Por ello cuando se dan a conocer los desvíos en el Tribunal Superior de Justicia que rebasan los mil 400 millones no pasa nada; tampoco con la denuncia pública en contra de Finanzas y en lo particular contra el subsecretario Eleazar Guerrero primo del gobernador, a quien se ha colocado como cabeza de la organización criminal.
Es el gran recaudador.
Y si ese es el pico del iceberg de las transas por qué tendría que importarles lo que hacen raterillos secundarios.
El sector oficial no acusa recibo cuando ORFIS informa que la alcaldesa de Sayula de Alemán, Lorena Sánchez Vargas, ocupa el tercer lugar en saqueo de las arcas públicas al llevarse a su casa 58 millones de pesos, es Morena.
Al gobierno y su Contraloría, al igual que al Congreso del estado les importa un rábano que el también moreno de Cotaxtla se haya embolsado en el 2022, 82 millones y que el “Oscar” para la más cuantiosa ratería se lo lleva el munícipe de Medellín de Bravo, Marcos Isleño, con 84 millones de pesos.
Cuitláhuac calla cuando se hacen públicas las cuentas falsas de BBVA y Santander en donde se observan millonarios desvíos; en donde se jinetea dinero que ingresa a las tesorerías locales para transferirlo a cuentas privadas mismo que cuando Orfis los observa, lo devuelven momentáneamente para minutos después regresarlo a las cuentas personales.
Ese es el estilo de quienes mientras no tuvieron el poder gritaban: ¡Al ladrón al ladrón! para hoy ocultar o simplemente no acusar recibo de sus pillerías.
El saqueo no para.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo