EDUCACIÓN, FUNDAMENTAL PARA QUE LAS MUJERES EJERZAN SUS DERECHOS

  • Al conmemorarse el 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer, Amneris Chaparro Martínez y Paulina Uribe Morfín hablan sobre algunos de los avances en la Universidad Nacional, y de la situación que se enfrenta para que el Estado y sus instituciones logren que gocen de sus garantías

Ciudad Universitaria, CDMX, 6 marzo 2025.- En México y el resto del mundo hay avances en el número de derechos de las mujeres; aun así, falta implementar, de manera más clara, la política pública para que sean ejercidos de forma plena. Además, se necesitan normativas, recursos y procesos para llevarlos a cabo, pues no basta con tenerlos, sino vivirlos todos los días, consideran expertas de la UNAM.

En ocasión del Día Internacional de la Mujer -que este año lleva por tema “Para las mujeres y niñas en TODA su diversidad: Derechos, igualdad y empoderamiento”, a conmemorarse el 8 de marzo-, la directora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG), Amneris Chaparro Martínez, recuerda en entrevista que en 1953 se reconoció el derecho de las mexicanas a votar y ser votadas.

Claro que hay progresos: los derechos reproductivos, la interrupción legal del embarazo, realidades que hace poco tiempo habrían sido impensables, son conquistas y hay que cuidarlos, y no pensar que simplemente están, sino protegerlos, porque hay grupos que aún hoy siguen siendo adversos a los adelantos de las mujeres y de las minorías sexodiversas.

De acuerdo con la experta, es favorable implementar más políticas públicas a nivel institucional, federal, estatal y local para que quienes quieran suspender voluntariamente un embarazo lo hagan sin ninguna restricción, con base en la ley. Asimismo, requerimos sociedades donde la brecha salarial no sea dramática, porque las mujeres siguen ganando, en promedio, 30 por ciento menos que los hombres por el mismo trabajo.

Otro aspecto por subsanar, afirma, es romper estereotipos de género donde se piensa que las capacidades femeninas son específicas de la biología, cuando no es así. “Todavía falta librarnos de algunos atavismos e ideas conservadoras”.

A pesar del adelanto en términos de legislación, a nivel constitucional y de leyes federales, de nuevos tipos penales (por ejemplo, el feminicidio, la violencia vicaria, o la violencia digital), resultan indispensables mayores logros en la implementación de políticas educativas en todos los niveles para formar en igualdad a las infancias diversas.

No hay un espacio en la vida social que no esté influenciado por las dinámicas de género y, por ello, en todos es pertinente una política de igualdad: en los sectores de salud, económico, educativo, etcétera. Se trata de que todas las personas, independientemente de su identificación sexogenérica o deseos, vivan en libertad, añade.

La subdirectora de Transversalización de Políticas Universitarias de la Coordinación para la Igualdad de Género en la UNAM (CIGU), Paulina Uribe Morfín, manifiesta que a pesar de que las garantías a la igualdad y a una vida libre de violencia están establecidas en la legislación, “no necesariamente se cumplen”.

Detalla que enfrentan discriminación y desigualdad, así como prejuicios y desconocimiento; es esencial un “cambio cultural enorme para que realmente todas vivan en un ambiente libre de violencia”, en especial porque en México están normalizadas y permitidas numerosas formas de agresión.

Es importante que se asignen recursos para que esas prerrogativas se cumplan; que haya centros de atención para quienes sufren violencia, además de proyectos y procesos educativos para que ese fenómeno no suceda.

A la vanguardia

La UNAM, nuestra casa de estudios, resalta Uribe Morfín, ha avanzado en la creación e implementación de materias (más de 150, desde el bachillerato hasta el posgrado) con perspectiva de género, que buscan aportar al cambio cultural, educativo y de maneras de pensar para que esa violencia no siga ocurriendo.

“Hay una serie de procesos, prácticas y valores que se deben cambiar, y eso no sucede de un día para otro, ni de un año para otro”. Todavía se requiere un trabajo amplio y de mayor alcance para que podamos hablar de cambios en conductas y en prácticas de la comunidad. Y la educación es fundamental para que esa transformación ocurra.

En la Universidad se creó y fortaleció la Defensoría de los Derechos Universitarios, Igualdad y Atención a la Violencia de Género para realizar denuncias e iniciar quejas en esos temas y, por otro lado, se creó la CIGU, a la cual se encomendó la prevención de esa violencia, acota.

Además, las entidades y dependencias cuentan con una Comisión Interna para la Igualdad de Género. Se trata de 129 órganos auxiliares de las instancias universitarias que colaboran con sus direcciones para impulsar la implementación de la política institucional en la materia y prevenir cualquier tipo de discriminación y violencia por razones de género, a través de acciones sistemáticas, diseñadas con la participación de las autoridades y de la comunidad.

A ello se suma la creación de un posgrado en estudios de género “que se abrió hace dos generaciones. Es muy importante que la Universidad se ponga al día y vaya tomando la vanguardia de estos temas”, recalca Uribe Morfín.

Información del Observatorio Nacional para la Igualdad de Género en las Instituciones de Educación Superior indica que la UNAM tiene un índice de igualdad de género de 3.5, de un total de 5. De los ejes medidos, el éxito más significativo se registra en el lenguaje y en la no violencia, mientras que las mayores áreas de oportunidad se encuentran en los estudios de género y las estadísticas.

En este contexto, Amneris Chaparro enfatiza las mejoras en la Universidad Nacional, sobre todo en los últimos años a partir de los requerimientos de los movimientos organizados tanto por los grupos de mujeres organizadas, como de los de feministas.

Y recuerda: En el CIEG, cuando aún era un programa universitario, se creó una Secretaría de Igualdad que después fue el cimiento de la CIGU, instancia que ahora conduce la política de igualdad de la UNAM y lleva varios años de labor monumental en todos los frentes.

Hay intención y voluntad por parte de la administración y de numerosas instancias para poner estos tópicos sobre la mesa. “Creo que ello también obedece al fenómeno de la feminización de la educación superior. Hay más mujeres en la matrícula y eso genera ciertas demandas y obliga a pensar en las necesidades específicas de determinados sectores para los que ni la Universidad ni el espacio público estaban pensados”, dice.

Chaparro Martínez agrega que el desafío para el Centro es “dar a conocer la labor que hacemos y por qué es importante. Si esfuerzos como los que hacemos en el CIEG se replican en otros espacios, puede haber un progreso mayor”.

El próximo 8 de marzo, junto con la conmemoración del 8M, la CIGU celebrará su quinto aniversario. Se efectuarán encuentros culturales y artísticos, y se estrenará un video conmemorativo.

Por cuarto año consecutivo la Coordinación convoca a la UNAM a sumarse a una agenda conjunta de actividades en todos sus planteles; cada año la programación se compone de 400 a 500 eventos, entre talleres, charlas, jornadas artísticas, etcétera.

Mientras que el CIEG celebrará 50 años de la realización de la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer (Ciudad de México, 1975), con un encuentro denominado “8 de marzo. 50 años ¿Dónde estamos?”.

FUENTE: UNAM