“Un Estado donde queden impunes la insolencia y la libertad
de hacerlo todo, termina por hundirse en el abismo”.
Sófocles.
Pedro Peñaloza
La prolongada crisis que vive Sinaloa no parece tener fin. Los operativos son evidentemente insuficientes para acabar con la guerra que se vive en el estado. Estrategias y Guardia Nacional sirven sólo para dar testimonio de un enfrentamiento que ratifica la profundidad y arraigo del Cártel.
Se sabe que la delincuencia organizada únicamente puede consolidarse y expandirse con la complicidad de agentes del Estado. El caso del Cártel de Sinaloa es un claro ejemplo de ello: un grupo que diversificó sus redes y que durante años construyó alianzas con el capital local y extranjero, bajo el manto impune de los gobiernos de México y de EU.
La génesis de esta oleada de violencias y asesinatos por la fractura del grupo, a raíz de la “extracción” del “Mayo” Zambada, venía desde la detención del “Chapo” Guzmán y explotó cuando tocó decidir quién se quedaba al mando del negocio de un nuevo producto con múltiples ganancias: el fentanilo.
Hoy se expresan dos hegemonías y la confrontación armada es la forma que tienen para arreglar las nuevas jerarquías hasta que se haga un nuevo pacto. Por su parte, el “otro” gobierno, el de Ruben Rocha Moya, sólo puede observar al “Cártel de Sinaloa”, convertido en un Estado dentro de otro Estado.
Esta organización combinó cooptación y crímenes para ganar su poderío. Impuso la pax narca mediante pactos con gobernadores y presidentes, sólo así pudo crecer esta hidra. Y el actual gobernador no es ajeno a ello. Fue esto lo que permitió a Morena ganar las elecciones en ese estado y poder “gobernar”.
Ahora, con el rompimiento del Cártel desde su interior se evidenció lo frágil de los acuerdos. Se dejó alimentar tanto tiempo a la bestia que el domador ya no pudo controlarla.
El pacto con el Cártel inequívocamente involucra al Gobierno federal, por eso no es raro ver la defensa y protección de los grupos morenistas y hasta de la presidenta a Rocha. No pueden forzarlo a dejar el cargo, ya que se desnudarían las complicidades que se acordaron desde los tiempos de López Obrador.
Existen documentos en las áreas de inteligencia del gobierno mexicano y en el vecino del norte que evidencian el papel de AMLO y de Rocha en los acuerdos con el Cártel. Y Claudia Sheinbaum los conoce. Únicamente falta que Zambada decida acordar una salida pactada en EU y cuente todo lo que sabe. Así, se acabará la protección a Rocha y el expresidente quedará exhibido.
@pedro_penaloz