Vicente Flores Hernández
Agencia Reforma
Ciudad de México 12 julio 2024.- La gran plaza comercial «México Mart», de Izazaga 89, en la que se comercializaban productos provenientes de China, fue cerrada y clausurada por el Instituto de Verificación Administrativa (Invea) del Gobierno capitalino.
En la acción participaron 36 servidores públicos del Invea, especializados en Funciones de Verificación, 95 oficiales de la Secretaría de Seguridad de la CDMX y representantes de las secretarías de Gobierno, de Desarrollo Urbano, de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, además de la Autoridad del Centro Histórico.
«Este 11 de julio, el Instituto de Verificación clausuró un inmueble en la Alcaldía Cuauhtémoc, donde se comercializaban diversos productos, debido a que no contaban con la documentación correspondiente para acreditar los trabajos que ahí se realizan», indicó el Invea en una comunicación pública.
El Jefe de Gobierno, Martí Batres, informó que la medida contra el centro comercial fue «por violar disposiciones legales», que no precisó.
El complejo comercial es una de las cuatro macroplazas que, después de la pandemia, se instalaron en un área de un kilómetro cuadrado para dominar el comercio del Centro Histórico con productos importados, pero cuya venta era cuestionada por comerciantes formales, pues consideraban que evadían impuestos.
Grupo REFORMA documentó el modus operandi de los comerciantes asiáticos que controlan, no sólo la importación de mercancías, sino su distribución, transporte y venta con evasiones legales.
La plaza clausurada ayer consta de 16 pisos repletos de tiendas. La mayoría de los empleados son migrantes centroamericanos o sudamericanos y los administradores son de origen chino.
Cada día, cientos de toneladas de mercancía eran ingresadas por la calle Nezahualcóyotl 120 por «diableros», quienes acarreaban cajas de tráileres que se estacionan en la Colonia Obrera.
Junto con las 4 megaplazas, al menos 13 calles del Primer Cuadro suman 17 edificios y cientos de negocios que ahora han sido convertidos en bodegas y lugares para venta de artículos chinos que entran al País masivamente.
El 18 de junio, el Gobierno capitalino admitió las afectaciones por el crecimiento de este negocio que opera en la informalidad.
Para trabajadores de la plaza, el cierre de inmueble no fue una sorpresa, pues reconocen que ninguno de los comercios cuenta con documentación que avale su funcionamiento.