Abril Valadez
Agencia Reforma
Guadalajara, Jalisco 13 junio 2024.- En la presentación de su libro biográfico, «Diego Luna: La Neta es Chida, Pero Inalcanzable», en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), el actor mexicano no sólo compartió reflexiones sobre su carrera, sino también sobre su vida personal.
Durante el evento, moderado por el documentalista y autor del libro, Roberto Fiesco, Diego Luna respondió a varias preguntas del público, incluida una sobre los desafíos de adaptarse al trabajo en producciones internacionales, algo que ha realizado durante varios años.
«Se puede hacer cine en cualquier lugar y con cualquiera. Lo más difícil es aprender a vivir con una maleta y perder ciertas cosas que quizá antes eran muy importantes en tu vida. Cada vez hay más herramientas para estar presentes, pero también remiten a la distancia, lo cual a veces duele. Hoy ya no me gusta hacerlo tanto.
«Hubo una época en la que me volví adicto a estar lejos, pero podía hacerlo porque amo mi trabajo. Siempre he sido como un huérfano en busca de otra familia (profesional), pero no debemos olvidar que la vida no sólo ocurre en el escenario o en el set, y que también se trata de otras conexiones y otro legado que, si no alimentas, te puede dejar muy solito y yo no quiero eso», dijo este jueves ante el público que llenó la Sala 2 del Conjunto Santander.
A pesar de su éxito internacional, Luna dejó claro que su corazón siempre ha estado en México.
«Lo que siento por este País no lo siento en ningún otro lado; aquí he experimentado el nivel de conexión más profundo que he tenido con otros seres humanos y con mi comunidad, y eso lo voy a respetar siempre y lo voy a alimentar toda mi vida en la medida de lo posible», expresó.
La conversación tomó un tono emotivo cuando Luna compartió consejos que daría a su yo más joven, resaltando la importancia de cuidar las relaciones y apreciar los momentos simples de la vida, como la infancia.
«Le diría que prestara atención a muchas relaciones que descuidé, que lo que buscaba muchas veces estaba frente a mí. Que la infancia se va a extrañar y que hay que aprovechar cada momento y no dejar pasar la oportunidad de decir lo que piensas; muchas veces me lo guardé y me arrepiento. La honestidad siempre te salva. Híjole, sí me puse muy intenso», dijo.
Al inicio de la charla, Luna recordó a su padre, Alejandro Luna Ledesma, quien falleció en diciembre de 2022. El actor describió el proceso de escritura del libro como terapéutico porque le permitió hacer un recuento detallado de su vida desde temprana edad y reconocer patrones y momentos no vividos como hubiera deseado.
«Este teatro mi papá lo ayudó a construir, así que empiezo por agradecerle a mi papá porque él me trajo al teatro y me sentó ahí», dijo el actor de 44 años con la voz entre cortada.
«Tuvimos ocho sesiones que fueron como terapia. Roberto me ayudó a recordar y hacer un recuento de mi vida desde los dos o tres años hasta ahora. Fue confrontativo y duro, especialmente porque el proceso ocurrió poco después de la muerte de mi padre», reveló Luna.
El protagonista de Andor también discutió sus inicios en el teatro y cómo su transición al cine, especialmente a través de proyectos como Y Tu Mamá También, con Alfonso Cuarón, le enseñó a apreciar el cine como una plataforma para la reflexión y el cambio social.
«Si el cine no funciona como espejo o como un reflejo, o no se conecta con lo más profundo de nuestro contexto, de quiénes somos, de nuestra vida comunitaria, no tiene sentido. Existe por eso y para eso, y así lo aprendí a ver», afirmó.
El terremoto de 1985 en la Ciudad de México fue un evento que marcó su visión activista. Luna recordó cómo este desastre natural lo impulsó a sentirse parte de una comunidad y a involucrarse activamente en la ayuda a los demás.
«Vi a mi papá salir a revisar, porque era arquitecto, a recorrer escuelas para revisar sus estructuras después del temblor… Vi algo irreparable suceder frente a mí y transformar todas las prioridades», agregó.
El libro biográfico de Luna fue editado por la Universidad de Guadalajara.