Jaime Ugarte
Agencia Reforma
Ciudad de México 23 mayo 2024.- Nada para nadie, Cruz Azul y América sellaron un empate en el Estadio Ciudad de los Deportes y todo se definirá el domingo en la Vuelta.
Se esperaba mucho de este choque de titanes, pero las acciones dentro de la cancha no retribuyeron del todo al ambientazo que se vivió fuera de ella, con una igualada 1-1 en la Ida de la Final del Clausura 2024, la cual parece dejar más dudas que certezas para ambos equipos.
Se jugó como una Final, pero no una espectacular, si no una en la que el priorizar no cometer errores redujo el ritmo y las oportunidades en las áreas.
En términos generales Cruz Azul fue más que el América, fue el que quiso jugar, el que llevó la iniciativa, pero, contradictoriamente, las Águilas tuvieron las ocasiones más claras de gol.
La noche se inclinó rápido en favor de los cementeros con la marcación de un penal sobre Uriel Antuna tras un error en la salida y un descuido del arquero Ángel Malagón, que en su afán por despejar el balón, terminó derribando al cruzazulino en el área.
Antuna lo cobró a la perfección para clavar el primero al 9′.
Pero en el ambiente, entre la afición celeste, ni siquiera el tanto tempranero relajó los nervios, pues se sabía que América solo necesitaría una jugada para marcar.
Se sentía peligro cada que las Águilas tomaban el balón, ya fuera en territorio contrario o incluso desde su propia área, pues la amenaza de un contragolpe estuvo latente de principio a fin.
Y sí, la primera los azulcremas la mandaron a guardar, con una gran jugada de Henry Martín para asistir a un Julián Quiñones que solo tuvo que empujarla para el empate al minuto 16.
La alegría le duró muy poco a La Máquina.
Después llegó el dominio de Cruz Azul, pero uno engañoso, pues los de Martín Anselmi se adueñaron de la pelota, pero se aburrieron con ella, sin la capacidad de combinarse por dentro y generar peligro al ataque, también derivado por un conjunto de André Jardine que replegó líneas constantemente.
América aceleró cuando tuvo que hacerlo y en pequeños lapsos logró crear oportunidades como para liquidar a La Máquina, ya sea con corridas a velocidad o robando balones en descuidos defensivos.
En el segundo tiempo Álvaro Fidalgo la tuvo en un disparo solo dentro del área chica y luego Quiñones en un mano a mano de frente al arco, pero ambos perdonaron.
Con todo abierto, el campeón del futbol mexicano se definirá en el Estadio Azteca.