Erika P. Bucio
Agencia Reforma
Ciudad de México 14 marzo 2024.- Al convocar a 5 mil personas en el Zócalo capitalino, adaptado para una clase masiva de ballet, Elisa Carrillo (Texcoco, 1981) persigue lograr más apoyo, público y privado, para la danza.
Ya en México para el evento de este domingo, la bailarina principal del Staatsballet de Berlín remarca que será una demostración del creciente interés por la disciplina que contrasta con las pocas oportunidades de trabajo.
«He pensado que si nos unimos y podemos mostrar que es algo importante, que hay gente que sueña con la danza o quiere que forme parte de su vida, puede que crezca el interés para que nos apoyen las instituciones, para que también la iniciativa privada y mucha gente que apoya otro tipo de proyectos también quiera invertir en la danza y apoyarla», expresa en entrevista.
Ella misma ha constatado la dificultad para levantar proyectos.
«No hay gente que quiera invertir en grandes ballets o grandes proyectos. Yo lo he vivido.
«Tú sabes que tengo mi fundación (Fundación Elisa Carrillo) y que luego hay proyectos que necesitan a lo mejor un poco de este apoyo, y desafortunadamente no lo ha habido, son pocas las personas que han creído en el poder de la danza», agrega.
Carrillo no es tampoco ilusa, y sabe que un día no le cambiará la vida a todos, pero cree que llevar la danza de manera masiva a un espacio que no es habitual, como el Zócalo, puede demostrar su fuerza e importancia.
«Falta apoyo para la danza, para todo lo que es el arte, para que haya buenas escuelas, haya lugares de trabajo. Yo no hablo por mí, hablo de todos los bailarines mexicanos de danza clásica, de danza contemporánea.
«En general en el mundo de la danza no se tienen oportunidades de trabajo, (aunque) hay mucho talento, pero también hay que formar público», reitera.
Para Carrillo será un reto dirigir la clase masiva de ballet porque no es lo mismo darla a cien niñas, niños y adolescentes en el Salón Los Ángeles con su proyecto Baila por México, como lo hizo en 2018, que pararse ante 5 mil personas, que es la asistencia estimada.
Cátedras multitudinarias de este tipo, agrega, se han organizado en otras latitudes, como en Rusia, Italia y Francia.
La bailarina estará sobre un escenario montado frente a la Catedral Metropolitana y se hará acompañar de bailarines profesionales para servir como referencia para los participantes.
En la Plaza de la Constitución se instalarán las barras, que son el pilar de cualquier clase de ballet, donde trabajarán las personas que acudan este domingo.
No es forzoso contar con ropa de ballet, basta con ir con calzado y ropa cómodos, aunque Carrillo sugiere vestir de blanco como un símbolo de unión.
«La idea de eso es decir: la danza une, el arte une y no importa tu edad ni género», expresa la también codirectora artística de la Compañía Nacional de Danza (CND) del INBAL.
La clase masiva empezará a las 9:00 horas, aunque el acceso al Zócalo para quienes se registraron en la página creada exprofeso por la Secretaría de Cultura capitalina iniciará a las 8:00.
La actividad va dirigida a todas las personas, a partir de los 9 años, aun sin tener experiencia en el ballet.
«No va a ser una clase complicada en el sentido de que no es una clase a nivel de CND.
«Lo que quiero es que conozcan la estructura, lo que es la barra, que es la base de todo; el movimiento de los brazos, las posiciones, que entiendan todo lo que implica respirar, sentir la música, que esa música entra a tu cuerpo y puedas proyectar algo», precisa la bailarina, ganadora en 2019 del prestigioso premio Benois de la Danse.
En la explanada del Zócalo habrá además un espacio destinado a personas con alguna discapacidad. Convencida de que la danza es también una terapia, recuerda, por ejemplo, que en la clase que impartió en el Salón Los Ángeles hubo niños con algún tipo de discapacidad.
Organizada por el Gobierno de la Ciudad de México como parte del Festival por la Igualdad, Tiempo de Mujeres, la convocatoria para la clase masiva, y de carácter gratuito, ya ha tenido eco en otras entidades como Querétaro, Puebla y Veracruz.
La bailarina verá cumplido este domingo un sueño largamente acariciado.
Sonriente, ahora desliza el deseo de presentar en el corazón político de México la gala que suele organizar de manera anual, Elisa y Amigos, pero no sólo ahí.
«Ése es un sueño, y no hablo solo del Zócalo. Sería increíble poder ir a diferentes lugares del País (…) Hay lugares donde una persona que va por la calle o que no puede ir a un teatro, de repente tiene la oportunidad de ver una función.
«Ése es un sueño que tengo. La expresión más grande de un bailarín es presentarse ante su público».
En tiempo de campañas…
Cuando se avecina la elección presidencial y las candidatas y candidato hacen promesas a la ciudadanía, Carrillo pide más fuentes de trabajo para la danza.
«Antes que nada, creo que pediría espacios, espacios para poder entrenarse. Hay muchos bailarines a los que se les pudieran dar espacios de trabajo. Hablo con compañeros que no tienen seguridad (social), no tienen espacios laborales», expresa.
«Al final, ¿qué pasa con muchos artistas? Si no tienes la posibilidad de dedicarte a eso empiezas a buscar otras cosas para sobrevivir».
Y los sueños quedan truncados.