Jorge Ricardo
Agencia Reforma
Ciudad de México 9 marzo 2024.- Activistas ambientales del movimiento #SélvamedelTren mostraron más evidencias de la destrucción de cuevas y cenotes y la contaminación del agua por las obras del Tren Maya entre Playa del Carmen y Tulum, Quintana Roo.
A pesar de la orden judicial emitida el mes pasado, que exigía la suspensión de las obras hasta la presentación de los estudios de impacto ambiental requeridos, las construcciones prosiguen.
Los videos grabados debajo de las obras del Tramo 5 Sur muestran los pilotes gigantes que pretender soportar el Tren que atraviesan las cuevas de estalactitas y agua color turquesa, el escurrimiento de aceite oscuro con que supuestamente se protegerá la obra de corrosión y el ruido de máquinas que siguen trabajando.
«Andrés Manuel: dices que estos son montajes. Bueno, estos montajes no los tiene ni Steven Spielberg, ¿eh?», ironizó el biólogo Roberto Rojo, presidente de la organización civil Círculo Espeleológico del Mayab, con la mano llena de aceite que escurre de los pilotes al manto acuífero.
El 29 de febrero, al negar nuevamente las afectaciones del tren que, según la organización de análisis ambiental CartoCrítica, ha deforestado 6 mil 659 hectáreas de selva, el Presidente Andrés Manuel López Obrador acusó a los activistas de ser «falsarios» y «corruptos», incluso recomendó no mirar las pruebas de daños de la obra.
«No vea usted los videos porque son especialistas en montaje», dijo el tabasqueño, que había asegurado que ningún árbol sería talado por su obra consentida, que de 150 mil millones de pesos en que fue presupuestada ha subido a cerca de 500 mil millones.
Las afectaciones por el Tren Maya, inaugurado ya de manera incompleta, no dejan de sorprender a pesar de que López Obrador lo tuvo que declarar como «obra de seguridad nacional» para saltarse la legislación mexicana, acusó el José Urbina, fundador de la organización Cenotes Urbanos, y a la fecha ninguna autoridad ha respondido a la evidencia de los daños.
«Es como si la realidad no existiera. Estamos evidenciando cómo han perforado los cenotes, el acuífero, cómo los pilotes están oxidándose, llenándose de óxido el agua, cómo estamos mostrando que hay concreto, derrames de concreto en un montón de lugares y no dicen una puñetera palabra», afirmó.
«Hay una suspensión, más allá de que todo el proceso del Tramo 5, es ilegal, hay una suspensión vigente y el Presidente la reconoce como tal y no hacen nada, siguen trabajando, se saben impunes como el bully de una escuela, que hasta el director le tiene miedo», agregó.
Cris Nolasco, miembro de #SélvamedelTren, quien en 2022 se acercó a Beatriz Gutiérrez, esposa de López Obrador, y a Claudia Sheinbaum, candidata de Morena a la Presidencia, pero enfatizó que, dada la negativa de las autoridades para atender los daños o cumplir con la suspensión ordenada, solo queda seguir adelante con la denuncia. Este proceso puede extenderse, ya que hasta la fecha se han registrado 122 cuevas y cenotes afectados, específicamente en el Tramo 5 Sur.
«Hemos exigido que se bajen del helicóptero, que caminen la selva y hemos interpuesto todos los recursos legales y quejas a nivel organismos internacionales, estando la ley de nuestro lado. Aun así, continúan las obras y el ecocidio. Cometen desacato. Nos queda no parar y seguir exhibiendo las consecuencias de su ignorancia y terquedad», afirmó por teléfono.
«Tienen de dos: seguir insistiendo que son montajes y dejar que la naturaleza les dé una lección, o enfrentar la realidad, cumplir con la suspensión conforme a la ley y ponernos a trabajar de manera urgente para mitigar este desastre ambiental y el daño al agua», dijo.
Aunque sin estar terminado, López Obrador ha inaugurado el Tren Maya, de mil 554 kilómetros desde la parte de Playa del Carmen, Quintana Roo, a Palenque, Chiapas, por Mérida, Yucatán; aunque de Playa del Carmen hasta Escárcega que había prometido para diciembre pasado, igual que la otra parte, sigue en obras, luego de varios cambios en la ruta por la oposición de la población y de hoteleros y por el riesgo del suelo cárstico.
Un análisis realizado en agosto por CartoCrítica, enfocada en investigación, mapas y datos para la sociedad civil, reveló que el proyecto del Tren Maya abarca 10 mil 831 hectáreas. De estas, el 61 por ciento, equivalentes a 6 mil 659 hectáreas, eran selvas ahora deforestadas. Además, el 87 por ciento de la eliminación de vegetación natural se ejecutó sin las autorizaciones necesarias para el Cambio de Uso de Suelo en Terrenos Forestales.