TERREMOTO EN JAPÓN, EL DOLOR DE FRANCISCO POR LAS VIDAS PERDIDAS

  • En un telegrama firmado por el Secretario de Estado de la Santa Sede, cardenal Pietro Parolin, el Papa ofrece consuelo y oraciones a las familias de las víctimas del fuerte sismo que sacudió el centro de Japón, dejando al menos 48 muertos.

El Papa Francisco ha expresado su cercanía a quienes sufren y han perdido a seres queridos a causa de una serie de violentos temblores, de magnitud 7,6 en la escala de Richter, que sacudieron la costa occidental de Japón el 1 de enero. La catástrofe causó la destrucción de un centenar de edificios, numerosos incendios y hasta el momento se han confirmado 48 muertes.

El Santo Padre recibió con profunda tristeza la noticia de la pérdida de vidas humanas y los daños causados por el terremoto en la región de Ishikawa. Asegura su solidaridad y proximidad espiritual a todos los afectados y reza especialmente por los fallecidos, por quienes lloran su pérdida y por el rescate de quienes siguen desaparecidos.

El Obispo de Roma concluye ofreciendo su aliento a las autoridades civiles y a los equipos de emergencia que asisten a las víctimas de esta tragedia, invocando de todo corazón las bendiciones de consuelo y fortaleza de Dios.

Las operaciones de ayuda están en pleno desarrollo en las localidades afectadas. Tras los principales temblores, al menos 1.000 militares y varios equipos de rescate fueron enviados a la zona afectada, en torno al epicentro del seísmo en Ishikawa. El primer ministro, Fumio Kishida, subrayó que el seísmo había causado daños a gran escala. Las agencias reguladoras nucleares han declarado que varias centrales de la región afectada por el seísmo funcionan con normalidad y que no se ha producido ningún impacto en sus operaciones. Miles de personas han tenido que abandonar sus hogares, se han interrumpido las comunicaciones telefónicas y por Internet y también se ha suspendido parcialmente el tráfico ferroviario y por carretera.