CONMEMORA EXPO 30 AÑOS DEL LEVANTAMIENTO ZAPATISTA

Francisco Morales                                

Agencia Reforma

Ciudad de México 31 diciembre 2023.- En el año en el que se conmemoran tres décadas del levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el Colegio de San Ildefonso explora la estrecha relación de este movimiento social con una disciplina periodística y artística que lo ha acompañado desde el inicio.

 

 «Es una exposición de fotografía que tiene como punto central la reflexión entre la relación del movimiento indígena zapatista y la imagen fotográfica», define Eduardo Vázquez Martín, coordinador ejecutivo del recinto.

 

 «El zapatismo que se levanta en el 94 es un movimiento social, político, ético, ejemplar en la historia de la fotografía, de la imagen, por el enorme interés que despertó en el medio fotográfico en un momento también de una gran madurez del fotoperiodismo, lo que se transformó en una cobertura inédita en realidad», ahonda.

 

 Titulada Los motivos de la selva, A 30 años del levantamiento zapatista, la muestra, que abre sus puertas este 6 de enero, reúne a varias generaciones de fotógrafos que han retratado al movimiento en sus diversas etapas.

 

 La curaduría corre a cargo de Pablo Farías y Alí Rodríguez, integrantes de Bats’i Lab, un colectivo con sede en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, que se dedica a promover la creación de un acervo documental fotográfico y en video del sur de México.

 

 Asimismo, la muestra cuenta con la asesoría y colaboración de Antonio Turok, el periodista que, hace 30 años, el 1 de enero de 1994, tomó las primeras fotografías del levantamiento del EZLN.

 

 Para el fotorreportero, sin embargo, resultaba crucial que la exposición no se limitara a los hechos ocurridos esa madrugada en San Cristóbal de las Casas.

 

 «Para mí era muy importante dar el antecedente al zapatismo, y ésa fue la propuesta que hice a San Ildefonso, que no sólo fueran las fotos icónicas del mismo levantamiento, sino que también hubiera un contexto de la cultura chiapaneca, tanto indígena como no indígena», explica.

 

 El trazado histórico comienza, entonces, en los años 40, con la fotografía de corte etnográfico de la periodista y antropóloga suiza Gertrude Duby Blom.

 

 «Ella fotografió ese proceso del nacimiento del indigenismo y de cómo la llegada del Instituto Nacional Indigenista y las políticas de integración, y a veces muy agresivas de aculturización, de los pueblos originarios», señala Vázquez Martín.

 

 «Y también hay otra fotógrafa norteamericana que se llama Marcy Jacobson que estuvo desde los 50, y ella tiene unas imágenes cotidianas de Chiapas que nos dan el marco histórico», agrega Turok.

 

 A esto se suma el trabajo de José Ángel Rodríguez, asistente de Manuel Álvarez Bravo, impresor y fotógrafo que también ha documentado al zapatismo.

 

 Turok también ayuda a entender los antecedentes con sus imágenes de la protesta indígena del 12 de octubre de 1992, que resultó en el derribo de la estatua de Diego de Mazariegos en San Cristóbal de las Casas.

 

 «Dos años después, los zapatistas entran a San Cristóbal y me narraban que esa entrada en 1992 era, en parte, un ensayo para que los que iban a participar en el 1 de enero se dieran una idea de las calles y cómo estaba organizado San Cristóbal y también para hacer un acto de presencia», cuenta el fotógrafo.

 

 El levantamiento de hace 30 años, con la figura del Subcomandante Marcos, tiene, desde luego, gran protagonismo en la exposición.

 

 «El momento más fotografiado y, diría también, fotogénico, que es el levantamiento armado, con toda su tragedia, intensidad, con la presencia de este movimiento con sus atributos de identidad: el pasamontañas, el paliacate, las armas reales y las armas de palo», reseña Vázquez Martín.

 

 Fotógrafos como Turok, Marco Antonio Cruz y Ángeles Torrejón, entre otros, ayudan a entender este momento crucial para la historia de México.

 

 La revisión histórica, sin embargo, trasciende este hecho.

 

 «También hemos querido hacer mucho hincapié y poner mucha atención en lo que ha venido después, que son estos 30 años que estarían determinados, por un lado, por la resistencia a los procesos de militarización y represión, hostigamiento, a las comunidades zapatistas», plantea Vázquez Martín.

 

 «Y también por otra parte, quizá menos tratada fotográficamente, más difícil de verificar, pero tal vez socialmente más significativa incluso, que es el gran ensayo de autogobierno, de autodeterminación, de autonomía, y a nivel de la educación, la salud, la gobernanza, de la producción, que han construido los zapatistas en estos últimos 30 años», agrega.

 

 Este último núcleo está cubierto, en parte, desde la propia mirada de quienes forman parte de las comunidades zapatistas, con proyectos colectivos en video como El camino de la nueva salud, realizado en los municipios autónomos de Lucio Cabañas, Che Guevara, Vicente Guerrero, 17 de Noviembre, 1 de Enero.

 

 «Hay un trabajo individual, de artista, de profesional, pero también está el trabajo creativo colectivo que significa la mirada que de sí mismos nos transmiten los zapatistas, sobre todo, de estos procesos educativos, de salud, de organización autónoma», señala Vázquez Martín.

 

 Los motivos de la selva, A 30 años del levantamiento zapatista contará con un programa cinematográfico paralelo y otras actividades por anunciarse que ayudan a reflexionar sobre la herencia y vigencia de este movimiento.

 

 «Una realidad cultural que hace 30 años subrayó la condición de marginación, de opresión, de represión, de discriminación.

 

 «Fue esencial para entender el México en el que vivimos hoy y que además nos dio un ejemplo de dos cosas que son esenciales: la rebeldía ante la injusticia, ante la opresión, y la dignidad», pondera Vázquez Martín.

 

 También, que dialoga con los más recientes comunicados del zapatismo, que se encuentra en un proceso de reorganización de sus comunidades autónomas y que ha denunciado la infiltración del crimen en todo el estado de Chiapas.

 

 «Esa paradoja de cómo los territorios bajo control o gobernanza zapatista son territorios de paz en un contexto de violencia, es algo que nos interesa mucho subrayar y entender.

 

 «Nos parece que hay un llamado que debemos observar con los ojos del pensamiento crítico del arte y la cultura, que es esta reacción de los territorios zapatistas actuales de cerrarse, de volverse sobre sí mismos, de dar por concluidos procesos de apertura hacia la realidad pública, hacia el diálogo y el intercambio con la sociedad civil, y que anuncian una transformación provocada, dicen ellos, por la violencia criminal del narcotráfico y otras formas de la violencia criminal, y una desatención de esa violencia por parte del Estado, lo que ha complicado esos procesos de la autonomía y la paz en los territorios zapatistas», concluye el titular de San Ildefonso.