Alfonso García Cerda
Agencia Reforma
Monterrey, NL 30 diciembre 2023.- Se cierra y se abre otro año.
Junto a los proyectos y presupuestos culturales, y ante las personalísimas aventuras de cada escritor, los lectores a veces no sabemos a ciencia cierta las novedades editoriales y lo que vamos a leer en este año que está por iniciarse, pero sí tenemos la oportunidad de reagendar ciertas citas pendientes o releer a algunas obras y autores que nos han acompañado en el camino.
En mi caso, una forma sencilla y práctica de planear esos reencuentros será atendiendo las efemérides poéticas de este 2024.
Con el tiempo me he dado cuenta de que, al privilegiar la relectura, no sólo se valora lo que volvemos a encontrar, sino también las nuevas líneas de pensamiento a las que nos llevan, o por lo que se nos redescubre emocionalmente.
Puede haber muchos pretextos para releer. En lo personal me ha motivado hacerlo a través de efemérides poéticas que año con año se nos revelan no sin asombro.
Por ejemplo, hace ya 100 años (en 1924) nacieron poetas muy cercanos y queridos a mis memorias de lector, tales son los casos de Ramón Xirau, Lêdo Ivo, Zbigniew Herbert, por citar algunos.
Por otra parte, en 1974 (hace 50 años) se apagan voces tan sensibles como la de Rosario Castellanos, Salvador Novo, Anne Sexton.
Igual se pueden recomendar libros emblemáticos que cumplen 100 años de haberse publicado, como los conocidos «Veinte poemas de amor y una canción desesperada», de Pablo Neruda. O bien, sin ir tan lejos, publicaciones fundamentales que alcanzan el medio siglo, como es el caso de «El mono gramático», de Octavio Paz, o el poemario «La zorra enferma», de Eduardo Lizalde, que ganara por aquel entonces el Premio de Poesía Aguascalientes.
Y qué de los poetas que cumplen años y podemos festejarlos cabalmente leyendo, a su salud, algunos de sus poemas. Sin ir más lejos, ahora en enero Elva Macías cumple 80 años y, Gabriel Zaid, alcanza lúcido los 90.
Visto así, en el año que se abre podemos reencontrarnos, bajo el espacio de la lectura, con viejos conocidos; incluso podemos volver a saludar a aquel lector que en su momento entró conmovido en páginas ahora entrañables.
A su tiempo daré detalle de esos poetas y libros a los que hay que volver. Por ahora dejo a manera de posdata, un poema:
REENCUENTROS
Se abre el año
y hay una coartada para volver a vivir
en la lectura que alguna vez fuimos.
Son las efemérides poéticas esa coartada
que a la vuelta de cada año
nos anima a mantener viva nuestra biblioteca,
el espíritu insumiso que nos anima.
Es entonces que nos asomamos al calendario
y vemos
un destino literario ahora destacado
que se cumple a cien años ya de su nacimiento.
O reconocemos claramente una voz entrañable
a pesar de cumplirse medio siglo
en que la muerte (fallida) intentó silenciarla.
Lo que alguna vez fuimos cuando leímos
por primera vez
la herida luminosa de Xirau
o los versos festivos del maestro Ledo Ivo.
Y miren qué brillante Rosario Castellanos
allá del otro lado
del misterio.
Los poetas nunca dejan de nacer en los ojos
de nuevos lectores.
Los poetas nunca tendrán la última palabra
ni siquiera cuando se despiden.
Los lectores de poesía y de toda buena literatura
tenemos la certeza
de que el tiempo no empolva sus libros.
Y aquel que anda como distraído entre las calles
es Kafka,
dicen que está por cumplir cien años de haber partido,
pero ni quién les crea.