Por Héctor Guerrero
Salvo que tengamos algún trastorno de tipo mental, los seres humanos siempre vamos a apostar a sobrevivir, durante la historia de la humanidad hemos sido testigos del ingenio del ser humano para sobrevivir, para prevalecer.
Sin embargo, también hemos visto y lo seguimos viendo, la barbarie de lo que somos capaces de hacernos los unos a los otros, por imponer la voluntad del otro.
Lo sucedido en el Estado de México hace unos días en Texcaltitlán, es tan solo la punta del iceberg.
Y es que esa comunidad enclavada en nuestro vecino estado es una muestra de como están las cosas en el país.
Y sin nombrar les pregunto a ustedes ¿Hay un Texcaltitlán en Guerrero? ¿Morelos?, ¿Guanajuato? ¿Zacatecas? ¿Sinaloa? ¿Chihuahua? …
Lo escalofriante es que si repasamos los estados de la república hay por lo menos uno en cada uno de ellos, quizá estados como Yucatán y Campeche se salvan.
Aquí la pregunta es ¿cuántos hay en cada estado?
Lo que pasó en “Tixca”, no es que los campesinos se enojaron porque hoy los fueron a intentar extorsionar, a cobrarles derecho de piso por su tierra y su trabajo. Claro que no.
En esa zona del Edomex por sus características, se producen maderas comerciales, la mayor parte el pino.
Ahí, Rigoberto de la Sancha Santillán, alias Juan Carlos Garduño Martínez, alias “El Payaso”, controlaba por lo menos tres aserraderos, donde llegaban a procesar miles de pinos talados clandestinamente, no solo en la localidad, sino en Temascaltepec y Coatepec de Harinas, obviamente, según reportan algunos pobladores, con el visto bueno de la autoridad.
También los pobladores aseguran que además de que los presidentes municipales están coludidos, existen personas a las que llaman traidores.
“Es necesario empezar por extirpar a estas ratas del gobierno, a los halcones, así como los taxistas y los de la CNC”, afirman.
Cuando no hay estado, el crimen organizado toma el poder ante ese vacío que deja un gobierno ausente.
Si el estado no es capaz de brindar tu derecho a la seguridad, hay grupos armados que pueden brindar ese servicio por un costo razonable y si no pagas, pues te vuelves parte del ciclo.
Estos hechos, de los que todos hemos sido testigos, donde murieron asesinadas 14 personas, 10 criminales de “La Familia Michoacana”, entre ellos “El Payaso” y cuatro pobladores, tres de ellos mujeres, además de su delegado comunal, Noé Olivares Alpízar, quienes, de acuerdo con las autoridades no accionaron armas de fuego.
“Puro machete y cuchillo, así se los echaron, pero el Payaso lo mató una señora con cuchillo y ya después fue cuando los quemaron”.
Hoy se encuentran desaparecidas presuntamente nueve personas, cuatro de ellas menores de edad; una niña de un año y seis meses de nacida, otro pequeño de cinco, una pequeña de 13 años y un adolescente de 14 años de edad, los pobladores afirman que los tiene la Familia Michoacana y quieren usarlos como moneda de cambio por 4 campesinos que, presuntamente les dispararon.
Y el presidente López, en su inmensa sabiduría, dice que se trató de una excepción y no de la regla, pues eso “pasaba antes”.
AMLO fue al otro día al estado de México, pero no en el “Jetita”, sino que llegó custodiado por convoyes militares y de la Guardia Nacional, para decirles ahí que no se preocupen, que vamos bien.
Ya no es un secreto que este es el peor sexenio en la historia de México, sobre todo en materia de seguridad.
Hoy los pobladores de la localidad, los que no huyeron de su pueblo, buscan aprovechar la presencia de las autoridades para “abastecerse de armas y poder predecir lo que venga en un futuro”.
La guerra ya está declarada y “La Familia” va a ir por la suya. Los de Texcaltitlán están dispuestos a derramar sangre.
¿Cuántos “Tixcas” hay en México?
Donde sobrevivir es la regla, no la excepción.
Tiempo al tiempo.
@hecguerrero