Dalia Elena Gutiérrez Gutiérrez
Agencia Reforma
Monterrey, NL 1 diciembre 2023 .-El profesor Sergio Juárez Correa y la estudiante Paloma Noyola, cuyas historias inspiraron la reciente película Radical, están convencidos de la importancia de creer en las niñas y los niños para que puedan alcanzar su máximo potencial.
Durante su participación en la primera Cumbre Internacional para el Desarrollo y los Derechos Humanos, los tamaulipecos compartieron su testimonio sobre cómo dar la oportunidad a los estudiantes de mostrar sus capacidades, tiene el poder de cambiar vidas.
«(Hay que) tener la capacidad de creer que todos tienen potencial, aunque no lo hayan expresado. ¿Y cómo lograr que muestren ese potencial? Dando un espacio de oportunidad», dijo el profesor.
«Si creemos en ellos, los valoramos, los acompañamos y los potenciamos, podemos lograr grandes resultados».
La historia de Paloma y su profesor se dio a conocer en el 2011 en el artículo «A Radical Way of Unleashing a Generation of Geniuses», escrito por Joshua David para la revista Weird.
A falta de recursos en su escuela en Matamoros, el maestro optó por un método «radical» de enseñanza que aprendió en internet, así logró impulsar el potencial de sus alumnos, en especial el de Paloma, quien alcanzó los primeros lugares de la prueba Enlace.
«Ponemos una limitación en la mentalidad del niño al tomar como broma o juego sus sueños, lo que en ese momento desean y por lo que en ese momento ellos se sienten atraídos, inspirados», dijo Paloma, quien compartió que fue motivador que su maestro creyera en ella.
«Es demasiado importante ponerle atención a esto, no demeritar en nada, de ninguna manera, los anhelos de los niños».
Al señalar que las circunstancias que rodean a una persona no tienen por qué definir en lo que se van a convertir, la estudiante de Derecho invitó a los padres a conversar con sus hijos y preguntarles qué es lo que quieren hacer con sus vidas.
El profesor Juárez destacó la importancia de tejer una relación cercana con los alumnos, más allá de lo académico, y preguntarles cosas cotidianas como qué desayunaron esa mañana, pues son seres humanos que requieren afecto.
«Los niños no son cubos vacíos que hay que llenar, sino fuegos que hay que encender», indicó. «Creo que ahí está la clave: creer en ellos».