- La poeta checa se presentó en la FIL
Guadalajara, Jalisco, a 30 de noviembre de 2023.- “Todo en la poesía es de formas, de polifonía”, abrevia Sylva Fischerová. Su lengua materna redobla en el eco de las esquinas del Salón de la Poesía, la cadencia de sus versos permanece. Comparte que durante el régimen de la Unión Soviética, cuando Praga aún formaba parte de la URSS, había palabras prohibidas, y si un escritor se atrevía a usarlas, le esperaba la prisión. Es esencial leer a Fischerová conociendo el tiempo que le tocó vivir para entender sus referencias históricas, pues la suya es una lírica que incide en la historia que la rodea.
El primer poema que lee durante su participación en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara se titula “Praga del recién llegado” y lo escribió cuando tenía 20 años: “Nadie me dijo cómo caminar/ por la arista/ del prisma”. Fischerová nació en la convulsa Praga de los años sesenta; tenía cinco años cuando, en 1968, la Primavera de Praga estalló: un movimiento de oposición a la URSS, el cual fue duramente reprimido con el ejército. Vivió hasta los 18 años en Olomuc (una ciudad de Moravia al este de la República Checa): “Los sesenta fueron años muy estúpidos [en Praga]”, afirma Fischerová. “Había palabras prohibidas en los teclados de las computadoras”.
Fischerová llegó a Guadalajara como parte de la delegación de la Unión Europea, Invitada de Honor de la FIL, junto con Maria Ferenčuhová, Olja Savičević Ivančević, Berta Dávila, Jana Beňová, Ali Zeki y Jáchym Topol. Forma parte de la antología De sombras y terciopelo: diecisiete poetas checas, publicada por Vaso Roto, y traducida al español por Elena Buixaderas, especialista en la traducción del checo.
En el poema “¿Quién hace la historia?”, la poeta lee: “La historia la hace la inconsistencia/ humana/ la historia la hace el tiempo”. Su primer libro tuvo por nombre El temblor de los caballos de carreras / Chvění závodních koní y fue publicado en 1986. Sylva se coronó como la primera Poeta de la Ciudad de Praga en 2018. Mientras lee, Fischerová comparte anécdotas que anteceden sus versos: recuerdos de la infancia, la censura totalitaria en Praga, la maternidad.
Fischerová relata que en el poema “Los huevos y las noticias y el café”, se inspiró en la vileza del ser humano. Escribió: “Los huevos y las noticias y el café/ son las primeras mentiras del mundo”. En “Madres”, un poema breve que compacta el dolor y la complejidad de maternar en un entorno violento, declama: “Mamá, no hubo ninguna Troya, pero de / allí muchos/ no regresamos”. En “Columpio en las profundidades del caos”, rescata vivencias de su infancia, Fischerová versa: “Memoria: el detalle conlleva dolor”.
La lectura cierra con los aplausos de la audiencia mientras la cadencia de los versos permanece.