SONATAS, BOLEROS Y ÓPERA CONQUISTAN EL PÚBLICO CERVANTINO

·         La violinista Jennifer Koh ofreció un recital impecable al lado del pianista Vijay Iyer.

·         La Santa Cecilia congregó a una gran audiencia en una noche bohemia de boleros y canciones mexicanas.

·         La soprano Varduhi Khachatryan dejó un eco musical memorable en el Teatro Juárez.

El maestro del contrapunto, Johann Sebastian Bach, fue recordado en un concierto en la Pinacoteca del Templo de la Compañía de Jesús Oratorio de San Felipe Neri, con una de las piezas más icónicas de la música clásica, la Sonata para violín núm. 1 en sol menor BWV 1001, bajo la interpretación de Jennifer Koh.

 

La segunda parte del concierto continuó con una obra en cuatro movimientos creada por el propio Vijay Iyer. El pianista inició con una serie de melodías originales encadenadas, que fueron in crescendo hasta acumular tensión musical suficiente para después liberarla en un clímax triunfal.

 

Al término de este segmento, Koh regresó para combinar su talento con Vijay Iyer y juntos consolidar una experiencia musical impecable. El recital terminó por convertirse en un ritual de aspecto gótico que amalgamó con la arquitectura e iluminación tenue del recinto.

 

La noche en la Explanada de la Alhóndiga de Granaditas se tornó cálida y abrasadora, como una reunión entre amigos que entre un trago y otro entonan a todo pulmón canciones de amor, desamor y melancolía. Esto gracias a la presencia de La Santa Cecilia, quien ofreció un concierto basado en una selección musical de su último álbum, Cuatro Copas-  Bohemia en la Finca Altozano.

 

“Son canciones tradicionales que nos han inspirado a través de nuestra formación como músicos, boleros y rancheras de José Alfredo Jiménez, Juan Gabriel, entre otros compositores”, compartió Alex Bendaña, integrante de La Santa. Es el resultado de tres noches de bohemia con comida, mezcales y grabaciones en vivo. Una mezcla de todo en las que el público puede encontrarse con todas sus emociones.

 

La historia de La Santa Cecilia comenzó en la Placita Olvera, un punto de encuentro de la comunidad chicana en Los Ángeles, California, al que acuden muchos de los inmigrantes en sus tiempos libres para compartir música, baile y tradición, y con ello mantener su sentido de pertenencia a su país de origen. Bajo este propósito se encontraron Marisol y Pepe, dos de los integrantes de la Santa Cecilia, que pasaron de palomear en las calles, bodas, cumpleaños y velorios a cantar en los mejores escenarios del mundo.

 

Con el tiempo se sumaron Alex Bendaña (bajista) y Miguel “Oso” Ramírez (percusionista), que al igual que la Marisoul y José “Pepe” Carlos, crecieron en Estados Unidos de América, pero mantuvieron el corazón y sus raíces estacionadas en México.

 

La velada musical continuó con la mezzosoprano Varduhi Khachatryan, en un concierto en el que demostró su pureza vocal y técnica impecable. El Teatro Juárez recibió por primera ocasión a la artista armenia con un programa en homenaje a la cantante griega Maria Callas, considerada históricamente como la soprano más inminente del siglo pasado.

 

La tesitura grave de Varduhi transformó la atmósfera del lugar en un espacio casi angelical, que fue incrementando de tono conforme al desarrollo de las obras. La primera parte transitó por el romanticismo italiano y el legado musical de Gioachino Rossini, Giuseppe Verdi, Francesco Cilea y Giacomo Puccini.

 

 

Estos compositores fueron una inspiración para Maria Callas, quien a lo largo de su carrera interpretó piezas como “Tacea la notte placida…”, de la ópera El trovador y Saper vorreste…”, de la ópera Un baile de máscaras, de las que llegó a apropiarse y construir un estilo propio.