‘ANTE JÓVENES… EL ESTADO HA CLAUDICADO’

 

Gelmin Omar González Hernández                   

Agencia Reforma

Ciudad de México 7 octubre 2023.- El Estado ha claudicado en su responsabilidad de brindar la atención requerida a los jóvenes, afirmó la investigadora Rossana Reguillo.

 

Los vacíos que deja el Gobierno, aseguró, son aprovechados por el crimen organizado para tomar o matar a los jóvenes.

 

En ese círculo criminal, advirtió, la delincuencia no se conforma con asesinarlos y exponerlos como mensaje de intimidación; ahora, los desaparecen o los esconden ya muertos, lo que cala con más angustia a las familias de las víctimas.

 

Reguillo, profesora emérita del ITESO, estudiosa de las culturas juveniles y autora de «Necromáquina. Cuando Morir no es suficiente», expone que no es con la presencia de la Guardia Nacional o el Ejército como se puede salvar a los jóvenes. Tan es así, afirmó, que la desaparición de jóvenes en México, de los 14 a los 27 años de edad, aumentó en este año en un 34 por ciento.

 

– ¿Se puede ayudar con programas como Jóvenes Construyendo el Futuro?

 

«Son programas paliativos que no resuelven en absoluto, frente a una beca de 2 mil o 3 mil pesos al mes, el crimen organizado puede pagar hasta 20 mil pesos a la semana. También hay una cosa cultural, que lamentablemente ha dejado una admiración, hay que decirlo por este tipo de vida, porque así como hay jóvenes que son forzados, llevados contra su voluntad, hay otros que se enrolan en esta vida, porque les resulta muy atractiva», asegura.

 

– Los jóvenes tenían un entorno social para empoderarse y ahora son víctimas, ¿qué pasó?

 

«La cuestión ha ido empeorando. Yo tengo muchos años haciendo investigaciones de terreno cualitativos, en los barrios, en distintos pueblos, haciendo investigación sobre juventud, especialmente en jóvenes con contexto de violencia y en contextos de marginación.

 

Lo que estamos viendo hoy es un agravamiento de las condiciones, primero de las que están viviendo: un agravamiento en la condición laboral, los datos indican que alrededor de un 80 por ciento no cuenta con contrato -si es que encuentran un trabajo-, es decir, es una situación estructural sumamente complicada», reconoce.

 

«La pandemia vino a agravar todo en el sentido de la deserción escolar, la incapacidad del sistema educativo, del sistema de seguridad, del sistema de salud, de brindar la atención requerida a los jóvenes para una vida con dignidad, entonces vemos en muchos entornos en el País muchos territorios donde el Estado ha claudicado de su responsabilidad, pero cuando el Estado desaparece o se ausenta, otras fuerzas tienden a ocupar su lugar, que ha sido el caso fundamentalmente del crimen organizado en sus diferentes vertientes como el narcotráfico, trata, comercio informal, entonces hemos visto un agravamiento verdaderamente alarmante»

 

– Aún existe un reclutamiento forzado, una leva por parte del crimen, reconoció el propio Presidente Andrés Manuel López Obrador

 

«Como académica, como investigadora, como antropóloga, estoy sumamente preocupada por los datos que hemos tenido, porque esto ha sido como una montaña rusa, primero el caso de los jóvenes en Zapopan, que laboraban en un call center, luego el caso de Lagos de Moreno y luego de los siete jóvenes de Malpaso, en Zacatecas, pero no son los únicos casos, a nivel nacional tenemos todos los días, lamentablemente».

 

– ¿Cómo se descompuso esto?

 

«El gran problema es que llevamos alrededor de cuatro Administraciones así, la descomposición empezó a principios de los 80s con la llegada de los grupos grandes a las ciudades intermedias del País que tuvieron una estrategia fundamental, de dejar de pagar en efectivo o de dar dinero a la protección policial y empezar a pagarla con mercancía o bien con cocaína o marihuana, ahí empezó la descomposición, ahí empezó la ruptura de los tejidos sociales en los barrios».

 

«Aquí se necesita una estrategia de muchísima inteligencia y, sobre todo, de una inversión en términos de la presencia del Estado en el territorio y barrios, que no es la presencia de la Guardia Nacional ni del Ejército; son las escuelas, centros comunitarios, son centros culturales, es decir, una aquí lo que se tiene que hacer es arrebatar a los jóvenes de las garras del narco, y eso no se va a hacer ni con abrazos ni con balazos».